HOMILÍA DE POSESIÓN CANÓNICA – II PARTE 20 de noviembre de 2021 Fidelidad a Jesucristo y a la Iglesia
Para asumir este reto, convoco a todos los sacerdotes de la Diócesis y también a los religiosos que hacen presencia, que por la gracia de la Ordenación, han recibido la participación del sacerdocio único de Cristo, a renovar su ministerio venciendo toda tentación de superficialidad o de rutina, que llevan a la instalación, para que fortalecidos por el Espíritu Santo, en comunión con Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, con el Papa Francisco, conmigo como su Obispo y servidor, sintamos juntos el gozo de decirle al Señor que queremos servirlo y seguir instaurando su Reino, buscando cada día ser verdaderos discípulos misioneros por la búsqueda permanente de la unidad. Esta unidad es guía segura y eficaz para la acción pastoral, que se traduce en una auténtica fraternidad sacerdotal, fruto maduro de la caridad que estamos llamados a vivir entre todos, para hacer creíble al mundo el anuncio que hacemos, cumpliendo el deseo de Jesús en su oración al Padre: “que todos sean uno, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17, 21), recordando que la fraternidad sacerdotal no es lo que recibo de mis hermanos sacerdotes, sino lo que yo hago por cada uno de ellos.