En medio de la compleja situación que vive la frontera colombo –venezolana, donde, según cifras oficiales, 1097 colombianos fueron deportados y 9.826, según cálculos del PMU al 30 de agosto, salieron de Venezuela por temor, la Diócesis de Cúcuta, al tiempo que acompaña pastoral, espiritual y humanitariamente a más de 3000 personas ubicadas en 11 albergues, recuerda los lazos de fraternidad que unen históricamente a Colombia y Venezuela, por lo que insiste en la importancia del diálogo, en procura del bien común.

Durante su visita a Cúcuta, este 31 de agosto, Fabrizio Hochschild, coordinador residente y humanitario del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destacó el servicio que la Diócesis de Cúcuta ha brindado a los 1097 deportados y más de 8.000 migrantes forzados en la crisis que se vive en la frontera desde el pasado 21 de agosto, con la declaración del Estado de Excepción por parte del gobierno de Venezuela.

Firmes en la misión de servir y acercar el rostro de Cristo en todo momento y lugar, la Diócesis de Cúcuta continúa acompañando a los cerca de 2 mil colombianos deportados de Venezuela y más de 10.000 migrantes forzados que continúan llegando por distintos puntos de la frontera.

En medio de la crisis humanitaria en la zona de frontera colombo-venezolana, que cumple 10 días, la Iglesia Católica en Cúcuta – Norte de Santander- reitera su llamado a la oración, la fraternidad y solidaridad con los más de 6000 colombianos que han tenido que salir de Venezuela, deportados o por temor, ante la declaratoria del Estado de Excepción, el 21 de agosto, por parte del presidente Nicolás Maduro.

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Ante la difícil situación que atraviesa miles de colombianos que han tenido que salir de Venezuela, tras la declaración del estado de excepción en ese país; medida que ha llevado a que, según registro oficial, 1097 colombianos hayan sido deportados y cerca de 5000 hayan tenido que dejar parte de su vida, familia, trabajo, amigos y lugar de residencia por temor, ante la persecución por parte del gobierno de Venezuela, de la que denuncian ser sujetos, la Diócesis de Cúcuta continúa acompañando espiritual y pastoralmente.

El número de colombianos deportados y migrantes forzados de Venezuela continúa en aumento. Por diferentes sectores fronterizos entre Colombia y Venezuela, familias enteras de colombianos han salido temiendo represalias por parte del Gobierno del vecino país, quien anunció cierre en otro sector de la frontera con Colombia, en el estado Táchira.

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Ante la crisis humanitaria que se vive en la frontera colombo – venezolana como consecuencia del cierre fronterizo y posterior declaración de estado de excepción, el 21 de agosto, por parte del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, el número de deportados y migrantes forzados aumenta de manera alarmante, registrándose 1.088 personas deportadas, según reporte de la Mesa de Ayuda Humanitaria, a esta cifra se suman más de 6.000 migrantes forzados.

Con un abrazo y oración por la reconciliación y superación de la difícil situación que vive la zona de frontera colombo – venezolana,  los obispos de san Cristóbal – Estado Táchira, Mons. Mario Moronta, y de Cúcuta  – Norte de Santander, Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid, recordaron los lazos de unidad que existen en esta frontera de 2.219 Km, considerada la más viva de Latinoamérica.

Ante la crisis humanitaria que se vive en la frontera colombo venezolana en la que se registra 1.088 personas deportadas, según cifras oficiales y más de 6.000 migrantes forzados, la Diócesis de Cúcuta continúa llamando a la solidaridad con estos hermanos.

En desarrollo de la sección de la Comisión II del Senado en Cúcuta, llevada a cabo el 27 de agosto, con el objetivo de proyectar soluciones al tema de la crisis fronteriza, la Iglesia Católica de Cúcuta hizo presentó el acompañamiento que esta Diócesis ha hecho a los colombianos deportados de Venezuela y a aquellos que han salido del vecino país por temor.