Encuentro con Jesucristo en la Palabra de Dios

Para la gloria de Dios y bien de la Iglesia que amamos, comenzamos el año 2024 con ánimos renovados y fervor pastoral fortalecido, para llevar a cabo la evangelización en nuestra Diócesis de Cúcuta. Damos gra­cias a Dios por el trabajo pastoral y compromiso apostólico de todos nuestros sacerdotes, diáconos, re­ligiosos, religiosas, seminaristas, agentes de pastoral y fieles de cada una de nuestras parroquias, que hasta el momento se han des­gastado dando lo mejor de sí para llevar a todos a Nuestro Señor Je­sucristo, respondiendo al mandato de ir en salida misionera a predi­car el Evangelio del Señor.

Para llevar a cabo esta tarea con la alegría de los hijos de Dios, les garantizo a todos mi oración cons­tante de rodillas frente al Santísi­mo Sacramento y la celebración diaria de la Eucaristía, con la in­tención de ayudarles en su creci­miento en la fe, la esperanza y la caridad, respondiendo cada día a la pregunta que Jesús le hizo a Pe­dro: “Y según ustedes, ¿quién soy yo?” (Mc 8, 29), afirmando con nuestras palabras y obras: “Tú eres el Cristo” (Mc, 8, 29), profesión de fe que tenemos que transmitir en la misión evangelizadora que estamos desarrollando y que este año vamos a fortalecer en la salida misionera por los sectores de cada una de las parroquias.

El desarrollo de nuestro Plan de Evangelización comienza con el primer paso que es el “Encuentro con Jesucristo”, que será la insis­tencia central en este quinquenio y cada año tendrá un momento especial, fortaleciendo en este año 2024, el encuentro con Jesucris­to en la Palabra de Dios y luego en años venideros será encuentro con Jesucristo en la liturgia, en la comunidad, en los pobres y en la Virgen María. Cada año retomará la insistencia del año anterior y será fortalecida con el contenido central de la evangelización que es Jesucristo Nuestro Señor, al que seguimos como camino, ver­dad y vida, que nos lleva hasta el Padre celestial (Jn 14, 6).

Este primer año del proceso evan­gelizador tiene como énfasis el encuentro con Jesucristo en la Palabra. Al celebrar en este do­mingo el día de la Palabra de Dios, nos convoca de manera particular a profundizar en el conocimiento de Jesucristo en la Sagrada Escri­tura que es fuente de vida para cada uno de nosotros creyentes en Cris­to y de esa mane­ra caminar juntos fundamentados en la Palabra de Dios, tal como lo enseña Aparecida cuando afirma: “Junto con una fuerte experiencia reli­giosa y una destacada conviven­cia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conoci­miento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar la ex­periencia religiosa” (Documento de Aparecida 226c).

En el proceso evangelizador de la Iglesia, pastores y fieles, estamos llamados a caminar juntos, funda­mentados en la Palabra de Dios. Así lo expresa Aparecida cuando hace el llamado misionero, “he­mos de fundamentar nuestro com­promiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios” (DA 247), para encontrar­nos con Jesucristo que es la fuente de nuestra salvación.

Por eso el anuncio misionero en nuestra Iglesia Particular lo vamos a centrar y a fortalecer este año en la Palabra de Dios entregada a los fieles en su integridad, como lo ha pedido Aparecida: “Se hace nece­sario proponer a los fieles la Pala­bra de Dios como don del Padre para el encuentro con Jesucristo vivo, camino de ‘auténtica con­versión y de renovada comunión y solidaridad’.

Esta propuesta será mediación de encuentro con el Señor si se presen­ta la Palabra reve­lada, contenida en la Escritura, como fuente de evan­gelización” (DA 248).

Desde el Bautismo todos somos discí­pulos misioneros del Señor que an­helamos nutrirnos con el pan de la Palabra y el Pan de la Eucaristía, para ir en salida misionera comu­nicando el mensaje de salvación a todos los hermanos.

Palabra de Dios y Eucaristía siem­bran en el creyente las semillas del Reino de Dios, que le per­mite llenarse de fervor pastoral, para comunicarlo con la vida y las palabras en un deseo sincero de evangelizar, transmitiendo el mensaje de la salvación a todos. Un deseo evangelizador que bro­ta del conocimiento y amor por la persona, el mensaje y la Pala­bra de Jesucristo. Así lo enseña el Papa Francisco cuando afirma: “La Palabra de Dios escuchada y celebrada, sobre todo en la Eu­caristía, alimenta y refuerza in­teriormente a los cristianos y los vuelve capaces de un auténtico testimonio evangélico en la vida cotidiana. La Palabra proclama­da, viva y eficaz, prepara para la recepción del Sacramento, y en el Sacramento esa Palabra alcanza su máxima eficacia” (Evangelii Gaudium 174).

En este compromiso misionero contamos con la protección mater­nal de la Santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca San José, nuestro patrono, quienes escucha­ron la Palabra de Dios y entregaron su vida para hacer su voluntad. En nuestra respuesta evangelizadora queremos hoy decir como Pedro: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29), para recibir la gracia y la fortale­za que vienen del encuentro con Jesucristo, para ir en salida misio­nera a encontrar al hermano en­tregando la Palabra de Dios, acer­carlo a Nuestro Señor Jesucristo y comprometerlo a vivir sin temor la alegría del Evangelio.

En unión de oraciones, reciban mi bendición.

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