Especial Sepulcro vacío Pbro. Juan Carlos Ballesteros, párroco Nuestra Señora de Torcoroma
Durante este día los cristianos permanecen junto al sepulcro del Señor meditando su muerte (descenso a los infiernos) y esperando en oración la Resurrección del Señor.
Más de mil personas se dieron cita en la Catedral San José, a las cuatro de la tarde del Jueves Santo, para la celebración de la Eucaristía de la Cena del Señor, en la que se conmemoran tres acontecimientos fundamentales: la institución de la Eucaristía, la institución del Sacerdocio y el mandamiento del amor.
1. Jesús decía: “Padre, ¡Perdónalos! porque no saben lo que hacen”. (Lc 23,34). 2. En verdad te digo: hoy mismo estarás conmigo en el paraíso. (Lc 23,43). 3. “Mujer, he
En este día actualizamos, mediante la liturgia, la gloriosa pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo. En la cruz vence el pecado y la misma muerte. Su aparente fracaso para los judíos, es para nosotros los cristianos una gran victoria definitiva y total. Es así que por su pasión y muerte, Dios padre lo exalta como el Señor del universo.
El panorama de este día está centrado en la cruz gloriosa y en el triunfo del crucificado.
La Eucaristía del jueves inaugura el misterio de la Pascua. El Jueves Santo es el último día de la cuaresma. Esta celebración renueva, hace de nuevo presente para nosotros hoy el acontecimiento de la última cena de Jesús con sus discípulos y lo que Él hizo y dijo. La Eucaristía del Jueves Santo es una celebración alegre, una verdadera fiesta del amor y de la vida, como lo fue la última cena, a pesar de que Jesús ya sabía que había llegado su hora, la hora de su sacrificio, la hora de su entrega al Padre por nuestra salvación.
El solemne Triduo Pascual, es la celebración más importante en la vida de la Iglesia, es la fiesta de las fiestas, la solemnidad de solemnidades, el momento culmen de la liturgia de la Iglesia y de la vida del bautizado. Es el corazón de todo el año litúrgico. En él la Iglesia nos presenta, pedagógicamente, en tres días, los momentos últimos de la vida de Jesús, sus sentimientos de entrega y amor por la salvación de los hombres.
El pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Cúcuta, reunido en torno a su obispo y sacerdotes, celebró, el martes santo, la Misa Crismal, en la catedral San José
Agentes pastorales, comunidades religiosas, diáconos, seminaristas y fieles en general, participaron en esta solemne eucaristía en la que se bendijo los santos óleos: el óleo para la unción de los catecúmenos, para la unción de los enfermos y el Crisma para los grandes sacramentos que confieren el Espíritu Santo: confirmación, ordenación sacerdotal y ordenación episcopal.
Estos tres días santos anuncian la cercanía de la celebración del misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo; son días que preparan y disponen a los bautizados para vivir la Pascua.
Conozcamos más de cerca el sentido de estos días de la Semana Mayor, de la mano de los sacerdotes: Abel Sierra, rector del Seminario Mayor diocesano San José de Cúcuta, Israel Bravo, formador del Seminario Mayor diocesano, y Félix Ramón Celis, párroco del Señor de los Milagros y rector del Seminario Menor.
Estos días es recomendable no pasarlos desapercibidos, sino que han de tocar nuestra existencia en nuestra relación personal con Jesús, no olvidemos practicar:
Más de 300 personas reunidas en el parque Colón de la ciudad de Cúcuta, rememoraron el momento en el que Cristo entra de manera triunfal a Jerusalén, en este Domingo de Ramos o Domingo de la Pasión del Señor, con el que se abre la Semana Mayor.
La Semana Santa se inicia con el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. La celebración de este día es festiva y gozosa y nos conduce anticipadamente a descubrir la gloria de la pascua de Jesús.
Conozcamos el sentido bíblico, teológico y litúrgico de este día, explicados por los padres César Prato, párroco de San Antonio de Padua, Alberto Echeverry, párroco de San Juan Bautista y Uriel Cristancho, delegado diocesano de Pastoral Litúrgica.
Recordemos también: En el Domingo de Ramos se conmemoramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén para consumar allí su Misterio Pascual.