La Pascua, es el tiempo más fuerte del año para el cristiano; se celebra durante siete semanas hasta el día de Pentecostés (quincuagésimo día en que se celebra la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles).
Desde antes de Jesús ya los Judíos celebraban la Pascua como un hecho que marcó la historia de su pueblo y les permitía recordar que un día fueron esclavos y Dios con brazo fuerte a través de Moisés, los guió por el desierto hasta la tierra prometida. Los judíos tenían ya la «fiesta de las semanas» (ver Dt 16,9-10), fiesta inicialmente agrícola y luego conmemorativa de la Alianza en el Sinaí, a los cincuenta días de la Pascua.
Sin embargo, este acontecimiento recibiría un sentido nuevo con la presencia de Jesús, quien no había venido para liderar políticas en busca de derrocar al imperio Romano sino para liberar al ser humano de la condición del pecado.
La Pascua es para vivirla y sentirla en los contextos actuales de cada comunidad, pueblo o nación. Contextos religiosos, políticos, económicos, culturales y sociales de la realidad colombiana que han de ser permeados por la resurrección del Señor.
San Pablo nos dice: “Si cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe” (I Corintios 15, 14).
Con información de Aciprensa