En el marco del 125 aniversario de la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ha delineado un itinerario de actividades para celebrar este magno acontecimiento. El 2 de julio de 2024, fecha central de la conmemoración, se renovará la consagración del país a Jesús Eucaristía en todas las comunidades, capillas y parroquias venezolanas.
Monseñor Enrique Pérez Lavado, Obispo de Maturín y presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia de la CEV, invita al pueblo venezolano a transitar un «camino de gracia» durante este año jubilar, extendiéndose hasta noviembre. «Anhelamos que este sea un tiempo de abundantes bendiciones para nuestra patria, y una oportunidad para renovar nuestra identidad como hijos de Dios por el Bautismo», expresó Monseñor Pérez.
La consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento se remonta al año 1899, por iniciativa del entonces presbítero Juan Bautista Castro, quien buscaba en Dios el alivio al sufrimiento que vivía la población en aquel momento. Su propuesta fue acogida unánimemente por los obispos, y el 2 de julio de ese año, Monseñor Críspulo Uzcátegui, Arzobispo de Caracas, hizo lectura del Acto de Consagración.
El programa de actividades para celebrar el 125 aniversario incluye: en mayo la publicación de una carta pastoral sobre el sacramento de la Eucaristía y en julio la renovación de la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento en todas las comunidades del país. Monseñor Pérez Lavado, exhorta a todos los venezolanos a participar activamente en las celebraciones jubilares, como un medio para fortalecer la identidad de Venezuela como «República del Santísimo Sacramento» y propiciar la restauración de la hermandad entre todos los ciudadanos, dentro y fuera del territorio nacional.
En este año jubilar, la Iglesia venezolana reitera su compromiso con el pueblo, ofreciendo un mensaje de esperanza, renovación y unidad nacional, enraizado en la fe y la devoción al Santísimo Sacramento. Invitando a todos a participar en ese «camino de gracia», como una oportunidad para fortalecer la identidad cristiana y construir un futuro mejor para Venezuela.