Por: Pbro. Diego Eduardo Fonseca Pineda, Director Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta
En el año dedicado a San José patrono de nuestra Diócesis y protector de la Iglesia Universal, a través de las ediciones del Periódico La Verdad queremos llevar a los apreciados lectores de este quincenario, una serie de reflexiones y enseñanzas acerca del glorioso san José, que supo en medio de las vicisitudes cumplir con la voluntad de Dios y contribuyó con todo su presupuesto humano a la obra de la salvación realizada por Jesucristo el Señor.
El pasado 8 de diciembre, Su Santidad el Papa Francisco publicaba la Carta Apostólica “Patris Corde” (con corazón de padre), pidiendo a todos los fieles y bautizados de la Iglesia Católica para que hasta el 8 de diciembre de 2021 se dedicara el año completo al glorioso patriarca San José. La carta se publica en el contexto del 150º aniversario de la declaración del esposo de María como Patrono de la Iglesia Católica, que había realizado el Papa Pío IX, con el decreto Quemadmodum Deus (del modo en que Dios), y que firmó el 8 de diciembre de 1870, dándole este título a San José y confiándonos a su intercesión paternal.
El llamado e invitación que el Papa Francisco hace a todos los bautizados en el mundo, responde a una petición que miles de personas de manera constante enviaban -desde el pontificado de SS. Benedicto XVI, así sucedía también- para que se proclamara un año en el que nos detuviéramos a contemplar la figura de San José, sus virtudes, sus gracias, su vida y su obra. Afirma la carta que “El objetivo… es que crezca el amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes, como también su resolución”.
Es muy providencial que el Papa Francisco, tan devoto del glorioso San José, tuviera en sus manos la decisión de dedicar este tiempo para que reflexionemos sobre este patriarca. Recordemos que al comienzo de su pontificado a través del Decreto “Paternas vices” (el amor paterno) de la Congregación para el Culto Divino reintroduce a San José en todas las plegarias eucarísticas de la Misa. Este decreto fue emitido el 1 de mayo del año 2013. El Papa pedía a los sacerdotes para que en el momento de celebrar la Santa Misa, dentro de la plegaria eucarística y después de mencionar a la Santísima Virgen María, se mencionara también a San José.
San José dormido y sus sueños
Un par de años después, en el mes de enero del año 2015, en varias notas de periódicos y en algunos medios de comunicación, Su Santidad mostraba una imagen de San José a la cual él mismo afirmaba tenerle mucha devoción. Se trataba de la imagen llamada “San José dormido”. El Papa cuenta, que los problemas más difíciles y las adversidades más fuertes, las escribe y las pone debajo de la imagen y de esta forma van encontrando solución según la voluntad de Dios. El Santo Padre explica que, así como Dios hizo con María, cuando le manifestó su plan de salvación, también a José le reveló sus designios y lo hizo a través de sueños que, en la Biblia, como en todos los pueblos antiguos, eran considerados uno de los medios por los que Dios manifestaba su voluntad.
¿Cuál es el sentido? Sucede que en los dos momentos en los que San José se enfrentó a situaciones completamente incomprensibles, estas se resolvían después de que el Señor le hablaba a José por medio de un sueño. Así lo constata el Evangelio cuando nos cuenta en san Mateo 1, 19 que José es ayudado por el Ángel a resolver un dilema. Él estaba muy angustiado por el embarazo incomprensible de María; no quería “denunciarla públicamente”, pero decidió “romper su compromiso en secreto”. En el primer sueño el ángel lo ayudó a resolver su grave dilema: “No temas aceptar a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt 1, 20-21). La respuesta de San José fue inmediata: “Cuando José despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado” (Mt 1, 24). Con la obediencia superó su drama y acogió a María.
En el segundo sueño, el Ángel le pide salvar la vida de Jesús ordenándole a José: “Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y huye a Egipto; quédate allí hasta que te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo” (Mt 2, 13). José no dudó en obedecer, sin cuestionarse acerca de las dificultades que podía encontrar: “Se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, donde estuvo hasta la muerte de Herodes” (Mt 2, 14- 15). En Egipto, san José esperó con confianza y paciencia el aviso prometido por el Ángel para regresar a su país.
El Patriarca San José
La Sagrada Escritura otorga este apelativo a los personajes del Antiguo Testamento que tienen que ver con la descendencia davídica y por ende con Jesús. Así lo constata san Mateo 1, 1-17, en el listado de la genealogía de Jesús, donde se menciona a cada uno de los pertenecientes a esta familia desde Abraham hasta la persona de Jesús, pasando por José, el esposo de María. Dentro de la figura de José como padre de Jesús, hay un elemento jurídico, que es tenido en cuenta por el plan divino de salvación. Jesús necesitaba la figura de un hombre como padre para contar, ser parte interviniente en la sociedad de aquel tiempo y es la labor que, como padre, José realiza. Asimismo, es José quien introduce a Jesús en la vida social, en la práctica laboral que probablemente ejercían y en el cumplimento de las prescripciones contenidas en la ley de Moisés. Si bien María le introducía en la vida espiritual y en la oración, la figura paterna encarnada en José lo complementa con lo ya mencionado.
De otra parte, el apelativo de patriarca se refiere a aquellos hombres que por su experiencia o sabiduría se han ganado el respeto de un grupo familiar o una comunidad, por ende, gozan de gran autoridad para intervenir en distintos temas. Es muy común esta imagen en las familias surgidas en los distintos pueblos y comunidades de gran tradición, que teniendo vivos a los abuelos, les respetan por los años vividos, por las hazañas realizadas para mantener, educar y guiar a sus familias de manera íntegra y honesta. Es así como nuestros abuelos, patriarcas o matriarcas, conservan una gran autoridad llevando esto a que sean muy respetados y cuidados por todos sus descendientes.
Finalmente, les invitamos a estar muy atentos a las publicaciones que realizaremos a través del Periódico La Verdad o de la Emisora Vox Dei; también, de las distintas iniciativas que realizará la Diócesis para festejar a su santo patrono de manera que, aceptando la invitación del Papa Francisco, le conozcamos y tomemos de él las enseñanzas necesarias para encarnar en nuestras vidas las actitudes de este glorioso patriarca. De esta manera, podamos agradar más a Dios con las obras que realicemos.
Que San José, patrono de nuestra Diócesis, cuide y proteja a nuestros abuelos, y a cada uno de nosotros nos enseñe sus virtudes. Amén.
Oración a San José
San José, custodio amante
de Jesús y de María,
enséñame a vivir siempre
en tan dulce compañía.
Sé mi maestro y mi guía
en la vida de oración;
dame paciencia, alegría
y humildad de corazón.
No me falte en este día
tu amorosa protección,
ni en mi última agonía
tu piadosa intercesión.
San José, patrono de nuestra Diócesis,
intercede por nosotros y provéenos.
Amén.