De acuerdo a su estructura, la Semana Santa tiene dos partes fundamentales: concluye el tiempo de cuaresma (Domingo de Ramos, Lunes, Martes y Miércoles) y contiene el Triduo Pascual (Jueves Viernes y Sábado) que son los días más importantes de la Iglesia en todo el año litúrgico.
Actitudes para vivir los días santos
La Semana Santa se ha de vivir con humildad, sencillez y disponibilidad total para acompañar a Jesús en su entrega por nuestra salvación y reconocer la grandeza de su misericordia.
¿Por qué la Semana Santa cambia de fecha?
El Año Litúrgico no se ciñe estrictamente al año calendario, sino que varía de acuerdo con el ciclo lunar. Cuenta la historia, que la noche en la que el pueblo judío salió de Egipto, había luna llena. Los judíos celebran este acontecimiento cada año en la pascua judía o “Pesaj”, que siempre concuerda con una noche de luna llena. Por lo tanto, el primer Jueves Santo de la historia, cuando Jesús celebraba la Pascua judía con sus discípulos, era una noche de luna llena.
Por eso, la Iglesia fija el Jueves Santo en la luna llena que se presenta entre el 22 de marzo y el 25 de abril y tomando esta fecha como centro del Año Litúrgico, las demás fechas se mueven en relación a esta y hay algunas fiestas que varían de fecha una o dos semanas, incluyendo el miércoles de ceniza, la Semana Santa, pentecostés y otras fiestas litúrgicas.