“Este es el día de la misericordia para los religiosos, religiosas (…) que con sus distintos carismas expresan el amor de Dios por su pueblo. Gratitud es la primera palabra que les ofrezco porque trabajan desde la fe para servir a Cristo pobre, casto, obediente y fraterno”, enfatizó el obispo durante su homilía.
Como signo profético de la misericordia, que nace y renace con y en Jesucristo, describió Mons. Ochoa Cadavid a los consagrados que “por acción del Espíritu Santo son una profecía de la caridad y del amor, profecía de la misericordia de Dios”.
“La Diócesis necesita de ustedes queridos religiosos, su testimonio, su vida consagrada, su entrega diaria, son estímulo para la comunión de nuestra Iglesia Particular”, les recordó.
Finalmente, invitándolos a ser discípulos con María para el camino de la fe, les pidió oración y fidelidad y que la Santísima Virgen María sea el ejemplo. “Que ella nos enseñe a escuchar el amor de Dios y a traducirlo en verdad, esperanza y misericordia”.
Durante la santa misa realizada en la Catedral San José de Cúcuta, los religiosos también reafirmaron su consagración y compromiso de “ser un signo de esperanza y paz para todos, de llevar a Cristo luz de naciones a cada una de las comunidades de nuestro entorno eclesial, de la Diócesis”.