A partir de las 8 de mañana se dio inicio al momento de reparación para quienes profanaron la capilla y a “aquellos que profanan la vida asesinando”. A estas personas, el prelado las exhortó a arrepentirse y buscar el perdón. “Este es el camino del infierno y Cristo ha venido a redimirnos”, afirmó el obispo.
Tras el acto penitencial en la capilla Ave María, en el que los sacerdotes suministraron por 15 minutos el sacramento de la reconciliación a los participantes del desagravio, presbíteros, diáconos, seminaristas, comunidades religiosas y fieles partieron en procesión, rezando el santo Vía Crucis hasta la Capilla del Asilo Andressen, donde se continuó con la plegaria eucarística, se bendijo el altar y se instaló de nuevo el Santísimo en su lugar.
Terminado el acto, el obispo hizo un llamado a las distintas fuerzas vivas de la ciudad y a la comunidad en general “para que continuemos una campaña positiva por el respeto a la vida en Cúcuta y todo Norte de Santander. Tenemos que oponernos públicamente a toda actividad en contra del hombre, en contra de la persona humana, de la vida”.