Según informa la Agencia Fides, durante los últimos cien años, la misión de la Iglesia en Indonesia ha sido llevar esperanza; y los obispos tienen la tarea de liderar una “comunidad de esperanza”, “caminando juntos por el bien de la Iglesia y del país”, según afirmaron los obispos indonesios al conmemorar el centenario de la primera reunión de los que, en 1924, eran Vicarios y Prefectos Apostólicos de Indonesia.
El día de ayer, 16 de mayo, la Conferencia Episcopal celebró una asamblea plenaria extraordinaria, en un evento lleno de diversas iniciativas. En esta reunión, participaron 37 obispos, dos cardenales y el Nuncio Apostólico en Indonesia; en una ceremonia y Eucaristía, presididas por el cardenal Ignatius Suharyo, arzobispo de Yakarta, para bendecir e inaugurar el nuevo edificio de la sede de la Conferencia Episcopal de Indonesia (KWI) en el centro de Yakarta.
El presidente de la KWI, monseñor Antonius Bunjamin, de la diócesis de Bandung, en Java Occidental, al recordar el centenario, mencionó que: “en un tiempo dominado por incertidumbres en la sociedad, se espera que la Conferencia de obispos católicos sea una comunidad de buena esperanza”; y asimismo, el Nuncio Apostólico, monseñor Piero Pioppo, elogió para que la KWI “se comprometa con otras entidades y organizaciones en el espíritu de caminar juntos para el desarrollo de la Iglesia y del país”, destacando especialmente el espíritu de sinodalidad.
“El trabajo de los obispos indonesios en la misión actual de la Iglesia se inspira y remite a la de Jesús y sus discípulos”, comentó el Nuncio, y también señaló que, a lo largo de cien años, la Conferencia siempre ha continuado la guía de “desarrollar la Iglesia y la nación”.
De cara a la visita del Papa Francisco, informó que el compromiso del Estado con la Iglesia estará garantizado, gracias a la contribución del Ministerio de Asuntos Religiosos y su sección específica, la Dirección General para la Orientación de las Comunidades Católicas, que ha asegurado su plena cooperación. Como lo afirmó el Director Suparman, este organismo “proporcionará ayuda financiera a las organizaciones eclesiásticas, especialmente en zonas remotas o desatendidas, para renovar y restaurar los lugares de culto y las instalaciones educativas”.