Foto: cec.org.co
En la mañana del domingo 3 de febrero, fueron liberados los tripulantes del helicóptero de la empresa Aerocharter Andina S.A.S. ACA, quienes habían sido secuestrados cuando sobrevolaban en San José del Tarra, en Hacarí, después de derribar la aeronave.
Durante 24 días estuvieron retenidos Julio Díaz Guiza, Maxwell Joya García y Carlos Quinceno Ramírez por el Ejército de Liberación Nacional (Eln).
Quinceno relató que iban volando bajo por condiciones climáticas, “a eso de la 1:00 de la tarde escuché unas ráfagas y le dije al capitán. A los cinco minutos optó por aterrizar en San José del Tarra. A los 10 minutos llegaron los hombres y nos llevaron montaña arriba”, aseguró.
Joya García recordó que durante el cautiverio, los guerrilleros los hacían caminar al menos seis horas durante las noches. A pesar de esto, dijo que recibieron buen trato y que no estuvieron encadenados. “Ellos nos decían que nos liberarían rápido, porque no éramos importantes ni política ni económicamente para el Eln”, sostuvo.
La comisión humanitaria para la entrega de los secuestrados estuvo liderada por la Diócesis de Ocaña y la Defensoría del Pueblo.
Después de este episodio, Monseñor Gabriel Villa Vahos declaró que hay que fomentar el diálogo regional por la diversidad que hay el Catatumbo. Explica que esta zona tiene unas particularidades que “de pronto desde el interior no se comprenden, entonces el conocer las situaciones particulares ayudaría a que se busquen caminos de solución sobre qué es lo que se reclama”.
Monseñor insistió en que se deben buscar caminos de diálogo, porque en “esta violencia los que más sufren son los campesinos, la gente sencilla, quienes viven atemorizados y esto no permite el progreso”.
Así mismo, recordó que la Iglesia siempre ha tenido un compromiso humanitario y estará siempre del lado de las comunidades para apoyarlas.