Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo electo de la Diócesis de Cúcuta
El Papa Francisco ha convocado para el mes de octubre del 2023 un sínodo de Obispos, que tiene por tema: “Por una Iglesia sinodal: Comunión, participación y misión”, en donde la intención del Santo Padre es que desde las diócesis todos los creyentes, pastores y fieles, podamos participar en este proceso que ayuda al crecimiento y fortalecimiento de la Iglesia en su misión evangelizadora, del anuncio gozoso del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
Camino sinodal en la Iglesia, significa “caminar juntos”. Esto se concretiza en la escucha atenta de todos los bautizados, sobre todas las cuestiones que tienen que ver con la evangelización, en un camino que se recorre en comunión y participación para la misión que todos cumplimos en la Iglesia por llamado del Señor. El Papa Francisco en la Exhortación Apostólica ‘Evangelii Gaudium’ lo ha expresado cuando afirma: “en virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo misionero (Cf. Mt 28, 19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados sea sólo receptivo de sus acciones” (EG 120).
Con esta enseñanza el Papa Francisco nos está marcando el sendero de una Iglesia sinodal, que en primer lugar es una Iglesia de escucha; donde todos, pastores y fieles, podemos escucharnos y aprender unos de otros y hacer discernimiento para ir juntos a la misión con los mismos sentimientos de Cristo, iluminados por el Espíritu Santo, a comunicar la Buena Nueva de la salvación. Así lo expresa el Papa en ‘Evangelii Gaudium’ cuando afirma: “necesitamos ejercitarnos en el arte de escuchar, que es más que oír. La escucha nos ayuda a encontrar el gesto y la palabra oportuna que nos desintala de la tranquila condición de espectadores. Sólo a partir de esta escucha respetuosa y compasiva se pueden encontrar los caminos de un genuino crecimiento, despertar el deseo del ideal cristiano, las ansias de responder plenamente al amor de Dios y el anhelo de desarrollar lo mejor que Dios ha sembrado en la propia vida” (EG 171).
Para cumplir con el deseo del Papa de escucharnos desde las parroquias y las Iglesias Particulares, se ha involucrado a todo el pueblo de Dios a participar, comenzando con la apertura solemne del Sínodo, que en Roma fue el pasado 9 y 10 de octubre del 2021 y en nuestra Diócesis se inauguró el domingo 17 de octubre desde cada una de las parroquias, para seguir en el desarrollo del mismo con participación en cada comunidad parroquial, con el propósito de reflexionar juntos sobre el camino recorrido y las metas que tenemos como comunidad de creyentes. Así lo expresa el documento preparatorio del sínodo: “Precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio. Este itinerario, que se sitúa en la línea del «aggiornamento» de la Iglesia propuesto por el Concilio Vaticano II, es un don y una tarea: caminando juntos, y juntos reflexionando sobre el camino recorrido, la Iglesia podrá aprender, a partir de lo que irá experimentando, cuáles son los procesos que pueden ayudarla a vivir la comunión, a realizar la participación y a abrirse a la misión. Nuestro “caminar juntos”, en efecto, es lo que mejor realiza y manifiesta la naturaleza de la Iglesia como Pueblo de Dios peregrino y misionero” (Documento preparatorio, 1).
Por el bautismo somos discípulos misioneros de Nuestro Señor Jesucristo y cumplimos con esta misión en la Iglesia, que en este momento histórico nos convoca a hacer discernimiento juntos a la luz de la Palabra de Dios, valorando lo que se ha vivido hasta el momento y abiertos al futuro desde lo que tenemos, para buscar la voluntad de Dios y participar conscientemente en el desarrollo de la misión del Iglesia.
En este sentido, el documento preparatorio del sínodo nos dice: “Iluminado por la Palabra y fundado en la Tradición, el camino sinodal está enraizado en la vida concreta del Pueblo de Dios… Por otra parte, no se puede evitar la referencia a las experiencias de sinodalidad ya vividas, a diversos niveles y con diferentes grados de intensidad: los puntos de fuerza y los éxitos de tales experiencias, así como también sus límites y dificultades, ofrecen elementos valiosos para el discernimiento sobre la dirección en la que continúan avanzando” (Documento preparatorio, 25).
Caminar juntos en la Iglesia ayuda a fortalecer la comunión, que nos permite afrontar las dificultades y tormentas de la vida, con espíritu eclesial y entre todos buscar soluciones que nos permitan avanzar en el camino de la fe, la esperanza y la caridad, en un estilo de vida comunitario, que también se aplica al caminar de cada familia, en medio de las luchas y las dificultades, aciertos y desaciertos; siempre en búsqueda constante de la voluntad de Dios, dóciles a la acción del Espíritu Santo en nuestra vida personal, familiar y en la vida de la Iglesia, teniendo en cuenta que “todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús” (EG 120).
Con la conciencia de ser discípulos misioneros de Nuestro Señor Jesucristo, en la Iglesia y en nuestra Diócesis de Cúcuta, renovamos la decisión de ser evangelizadores, caminando juntos, intensificando nuestra respuesta de fe y anunciando a todos a Jesucristo nuestra salvación. Amparados por la intercesión de la Santísima Virgen María Estrella de la Evangelización y del glorioso Patriarca san José, que custodia nuestra vida, vocación y misión, pidamos al Señor la gracia de vivir como Iglesia en camino sinodal, para ofrecer a los demás el testimonio explícito del amor salvífico del Señor.
En unión de oraciones, reciban mi bendición.