Fraternal bienvenida ofrecieron a monseñor Paolo Rudelli, Nuevo Nuncio Apostólico en Colombia

Un peregrino de la esperanza enviado por el Santo Padre

El pasado viernes 15 de sep­tiembre, en celebración eucarística desde la Basí­lica Metropolitana de Bogotá y Catedral Primada de Colombia, los miembros de la Conferencia Episcopal de Colombia le dieron la bienvenida de manera oficial al Excelentísimo Monseñor Paolo Rudelli, nuevo Nuncio Apostólico de su Santidad el Papa Francisco en Colombia, y representante di­plomático de la Santa Sede en el país.

La Sagrada Eucaristía fue presidi­da por Monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia y presiden­te de la Conferencia Episcopal, y concelebrada por el cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal; por el vicepresidente y el secretario ge­neral del episcopado, Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos y monseñor Luis Manuel Alí He­rrera, respectivamente. Además, participaron Obispos y represen­tantes de todas las jurisdicciones eclesiásticas del país, que como lo recordó Monseñor Rueda: “vienen en representación de los fieles que oran y trabajan en todas las regio­nes y entregan su vida con pasión por cristo y por el pueblo fiel de Dios”

Durante la celebración, el Arzo­bispo de Bogotá y Primado de Colombia, agradeció al Nuncio por aceptar este ministerio: “Queremos expresar nuestra gratitud por recibir la obediencia del Papa Francisco y ser esa esperanza para servir a la evangelización de nuestro país y a la búsqueda de la verdad como fundamento de la so­ciedad”; continuó con sus palabras hacia el enviado del Santo Padre: “señor Nuncio Apostólico, Mons. Paolo Rudelli, nos alegra con la alegría de la comunión misionera recibirlo en esta Catedral Primada casa de fe y de oración eclesial”.

Ante la realidad del país, el próxi­mo cardenal de Colombia, expresó que no se puede ocultar que el país atraviesa por muchos momentos, de desesperanza, zozobra, des­igualdad, pues “el género huma­no, en distintas ocasiones, camina por cañadas oscuras de vanidad e indiferencia”; es decir, que somos ajenos a las situaciones del próji­mo, y no existe mejor momento para mostrar una luz de esperanza a nuestra patria que men­cionar que: “ha llega­do usted señor Nuncio a Colombia, tierra de la Virgen María, donde es venerada en todas las regiones como es­trella de la nueva evan­gelización”.

Siendo este día la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, monseñor Rueda le recordó al nuevo Nuncio, la importancia que tiene la Virgen para todos los fieles en el país, es­pecialmente con la devoción a la Virgen del Rosario de Chiquinqui­rá. Sin olvidar a la Virgen María: “Ella lo acompañará con ternura también a usted, señor Nuncio, en su misión apostólica y se ha pues­to en camino con usted. Con ella vendrá ‘el Dios con nosotros’ para que un día en vez de violencia, ten­gamos el gozo de compartir con alma limpia el vino y el pan que nos hace hijos del mismo padre”. 

Al terminar la Eucaristía, Monse­ñor Rudelli realizó una pequeña intervención en la que expresó su alegría por llegar a celebrar los 115 años de la Conferencia Episcopal de Colombia y agrade­ció por las oraciones en las que lo han enco­mendado a él y al Papa para continuar con su misión de trabajar por el progreso y la paz de los pueblos. A su vez, dio un saludo en nom­bre del Sumo Pontífi­ce, recordando las tres consignas expresadas por el Santo Padre du­rante su paso por Medellín que lo inspiran cada día: “Ir a lo esencial, renovarse e involucrase”.

Finalmente felicitó a Monseñor Luis José Rueda Aparicio por el llamado que le ha hecho Su Santi­dad el Papa Francisco, para servir como nuevo cardenal de la Iglesia Católica.

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