Esta certeza nos llena de fe y fortaleza en nuestro transitar por la vida como bautizados, llamados a ser testimonio y discípulos misioneros.
Al respecto, el Papa Francisco durante su homilía, este 23 de enero, en Casa Santa, explicó las tres etapas del sacerdocio de Cristo: “El primero es la Redención”, mientras que los sacerdotes de la Antigua Alianza debían cada año ofrecer sacrificios, “Cristo se ofreció a sí mismo, una vez para siempre, para el perdón de los pecados”. Con esta maravilla, “nos ha llevado al Padre”, “ha recreado la armonía de la creación”.
La segunda maravilla –ha precisado Francisco– es la que el Señor hace ahora, es decir, “rezar por nosotros”. Él “reza por nosotros, por cada uno de nosotros”.
Finalmente, la tercera maravilla será cuando Cristo vuelva, pero esta tercera vez no será en relación con el pecado, será para “hacer el Reino definitivo”, cuando nos lleve a todos con el Padre.
Es así, ha enfatizado el Santo Padre, que “el sacerdocio de Cristo es la gran maravilla, la más grande maravilla que nos hace cantar un canto nuevo al Señor”.
De otra parte, el Sumo pontífice reflexionó sobre la “imperdonable blasfemia”, la que va contra el Espíritu Santo. Esta lleva a “no dejarse perdonar, porque reniega la unción sacerdotal de Jesús, que ha hecho el Espíritu Santo”.
Fuente: Resumen Agencias Católicas