Queridos lectores de LA VERDAD, deseo entrar con ustedes a reflexionar el tema del “Jubileo de la Tierra”, que nos presenta el Papa FRANCISCO a todos los miembros de la Iglesia.
En estos días celebramos el JUBILEO DE LA TIERRA, vivimos en un mundo complejo, con profundos cambios sociales en una humanidad que también tiene unos retos inmensos, en campos diversos, que afectan a los hombres y a la persona humana en todos los lugares de la tierra. Esta situación no se debe solamente a la grave situación que nos aflige, con el masivo contagio del virus COVID-19.
Son muchos los elementos que se unen para mostrarnos este panorama ecológico terrible, la destrucción de los bosques de la tierra, la explotación desmedida de los mares y de sus recursos pesqueros, la actividad minera intensiva -legal o ilegal- para extraer minerales y recursos para la producción industrial, el uso indiscriminado de los combustibles para producir energía, con el desprendimiento del carbono en cantidades ingentes.
El hombre, en todos los confines de la tierra ha asumido una actitud de aprovechamiento desmedido y desordenado de los recursos de la tierra, llevando al límite las capacidades de regeneración del equilibrio de la naturaleza. Todos somos conscientes de estos cambios que han sucedido en los últimos decenios y que nos afectan directamente con el llamado cambio climático.
Son muchas las tragedias que hemos experimentado entre nosotros por los huracanes, las temporadas excesivas de lluvia o la sequía. Particularmente la escasez de agua potable, que es la protagonista de estas crisis que afectan a muchos pueblos de la tierra. En muchos campos el hombre busca su bienestar, su alimentación, su transporte. Todo ello ha afectado el equilibrio de la tierra con desmedidas emisiones de gas carbónico. Estas emisiones llegan a ser 35 millones de millones de toneladas de gas carbónico, en el año 2019.
Estos días, entre el 1 de septiembre y el 4 de octubre de 2020, se celebrará el “JUBILEO DE LA TIERRA”, que comienza con el Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. El Papa FRANCISCO, desde el inicio de su “Solicitud por todas las Iglesias”, como Obispo de Roma, nos ha invitado a una “Conversión ecológica” (Cf. Encíclica Laudato Si’, ns. 5,8, 216,221).
El Papa FRANCISCO nos invita a empeñarnos en esta tarea del cuidado de la creación con muchas acciones precisas con las cuales evitaremos dañar el planeta, alejando la posibilidad de dañar la creación de Dios, asumiendo también la conversión de esos pecados (una sociedad de consumo desmedida, el uso excesivo del plástico, el desperdicio del agua potable, el no reciclar los bienes materiales, la destrucción de los bosques y la naturaleza, el mal uso de la electricidad).
Hace 50 años se estableció en la humanidad “El día de la Tierra”, en ambientes ecologistas de los Estados Unidos de América. El Papa FRANCISCO en el rezo del Angelus, del día 30 de agosto 2020, nos recordó que “Celebramos con nuestros hermanos y hermanas, cristianos de diversas Iglesias y tradiciones el “Jubileo” de la tierra, para conmemorar el establecimiento, hace 50 años, del “Día de la Tierra” y que dará inicio con el Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación”.
Este es un gran reto para los católicos y para todos los cristianos, esta es una tarea que también otras Iglesias, como la gran Iglesia hermana de Constantinopla, con el Patriarca Bartolomeo han emprendido.
El Santo Padre en este mensaje que ahora ha escrito para este Jubileo nos indica una gran enseñanza a partir de una frase del libro del Génesis “Dios vio que era bueno” (Gen 1, 25), nos enseña qué es este Jubileo con cinco grandes actitudes: el Jubileo es un tiempo para recordar, regresar, descansar, reparar, y alegrarse.
Tiempo para recordar: Que Dios es el destino eterno de la creación y haciendo memoria de la vocación original de la creación, en el respeto de las obras de Dios y de las relaciones entre los hombres.
Tiempo para regresar: Para volver atrás y arrepentirse del daño causado a la creación, rompiendo con Dios. Es el “tiempo para volver a Dios, nuestro creador amoroso”. Debemos pensar en el destino de los bienes de la tierra como “herencia común, un banquete para compartir con los hermanos” (n. 2).
Tiempo para descansar: Dios estableció el reposo del Shabat, el sábado, que los católicos vivimos en el Domingo de la resurrección del Señor. De frente al clamor de la creación, ocasionada por el daño ecológico es necesario hacer descansar la tierra. Dice el Papa “hoy necesitamos encontrar estilos de vida equitativos y sostenibles que restituyan a la tierra el descanso que merece, medios de subsistencia suficientes para todos, sin destruir los ecosistemas que nos mantienen” (n. 3). Es necesario redescubrir estilos de vida más sencillos y sostenibles. Hay una gran llamada a evitar aspectos nocivos y nuevas formas de relaciones entre los hombres.
Tiempo para reparar: Una invitación a reparar la armonía original de la creación y a sacar las relaciones humanas perjudiciales. Es necesario reparar la enorme deuda ecológica. Propone el Santo Padre asegurar los incentivos para la recuperación de muchas maneras y formas, para mirar el mundo con cariño y sentirlo como propio. Todos los pueblos están siendo invitados a asumir estas tareas.
Tiempo para alegrarse: Por la respuesta ecológica, sabiendo que la relación con el Creador puede ser mejor. “Las cosas pueden cambiar” (FRANCISCO, Encíclica Laudato Si’, n. 13). Nos invita el Papa a “crear un mundo más justo, pacífico, sostenible”.
Estas reflexiones del Papa FRANCISCO son fundamentales para el tiempo actual, mirando a Jesucristo, el Señor del tiempo y de la historia, que hace nuevas todas las cosas (Apocalipsis 21,5). Tenemos que cambiar y reconocer la importancia de la tierra, de la naturaleza, del jardín maravilloso en el cual nos ha puesto el Creador, y sobre el cual tenemos la gran responsabilidad del cuidado de esta “casa común”. Reflexionemos.
¡Alabado sea Jesucristo!