Imitando las huellas de Jesús Buen Samaritano, obedeciendo a su mandato “Denles ustedes de comer”, (Mt 14, 16) y movidos por las palabras del apóstol, “La caridad de Cristo nos apremia”, (2Co 5, 14), la Diócesis de Cúcuta aumenta su ayuda a los hermanos de Venezuela, con la apertura de una casa de paso Divina Providencia, para ofrecer una ayuda a los más necesitados.
La obra que fue inaugurada el 5 de julio, se suma a las distintas acciones que la Iglesia Católica lidera en apoyo a la población venezolana, afectada por la crisis social, económica y política que atraviesa su país.
Casa “Divina Providencia”, es el nombre de este lugar de paso, que brindará ayuda material, pastoral y espiritual a los miles de venezolanos que cada día atraviesan la frontera, hacía Cúcuta (Colombia) en busca de productos de primera necesidad: alimento, medicamentos, artículos de aseo, entre otros, y posibilidades de sostenimiento.
Ubicada junto a la parroquia San Pedro Apóstol, en el sector La Parada, este lugar cuenta con una extensión de más de 1500 metros cuadrados en los que se espera, con la ayuda de movimientos apostólicos, comunidades parroquiales, universidades y personas de buena voluntad, atender diariamente, alrededor 500 personas, a quienes se les brindará una ración de comida, sopa, agua, acompañamiento espiritual y pastoral, entre otras ayudas, que con el fortalecimiento de esta obra se puedan entregar.
“La Diócesis de Cúcuta quiere vivir la caridad, este es un espacio de servicio a los hermanos”, señaló Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, obispo de Cúcuta, al referirse a esta obra, que es posible gracias a la solidaridad de los habitantes de la zona de frontera Colombo- Venezolana.
“Quiero lanzar una palabra de afecto a todos los que ayudan a los hermanos de Venezuela que vienen a buscar el pan necesario a Cúcuta. Debemos querer, amar a estos hermanos necesitados; ellos son Cristo que sufre. Que está probado en este momento de la vida y de la historia”, enfatizó el prelado al tiempo que invitó a continuar apoyando esta iniciativa.
“Ollas con un condimento especial”
Amor y solidaridad fueron los ingredientes especiales de la primera ración de comida compartida con los venezolanos en esta casa de paso.
“En el primer día se entregaron alrededor de mil almuerzos, 400 preparados en el lugar y el resto provenientes de diferentes partes de Cúcuta: Santander, Atalaya, La Libertad”, señaló el padre David Caña, sacerdote diocesano.
‘Góticas de caridad y amor’ para abrir y mantener esta casa, serán algunas de las estrategias, con las que se buscará mantener y fortalecer esta obra que da cuenta de la cercanía de dos pueblos hermanos que se encuentran en la caridad.