Consejos del Papa Francisco para vivir un buen matrimonio

La paciencia: es la fortaleza para aceptar con serenidad el dolor y las pruebas de la vida, como venidos del amor de Dios.

“No es dejar que nos maltraten continuamente, o tolerar agresiones físicas, o permitir que nos traten como objetos”, sino que “el amor tiene siempre un sentido de profunda compasión que lleva a aceptar al otro como parte de este mundo, también cuando actúa de un modo diferente a lo que yo desearía”, expresó Francisco.

Actitud de servicio: “Como decía san Ignacio de Loyola, ‘el amor se debe poner más en las obras que en las palabras’. Así puede mostrar toda su fecundidad, y nos permite experimentar la felicidad de dar, la nobleza y la grandeza de donarse sobreabundantemente, sin medir, sin reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir”, dijo el Santo Padre.

Sanar la envidia: “En el amor no hay lugar para sentir malestar por el bien de otro”, subrayó el Papa, al tiempo que explicó que “la envidia es una tristeza por el bien ajeno, que muestra que no nos interesa la felicidad de los demás, ya que estamos exclusivamente concentrados en el propio bienestar”, comentó el Papa.

El Santo Padre indicó que “el verdadero amor valora los logros ajenos, no los siente como una amenaza, y se libera del sabor amargo de la envidia. Acepta que cada uno tiene dones diferentes y distintos caminos en la vida”, manifestó el Obispo de Roma.

No hacer alarde ni agrandarse: Francisco destacó que “quien ama, no solo evita hablar demasiado de sí mismo, sino que además, porque está centrado en los demás, sabe ubicarse en su lugar sin pretender ser el centro. Algunos se creen grandes porque saben más que los demás, y se dedican a exigirles y a controlarlos, cuando en realidad lo que nos hace grandes es el amor que comprende, cuida, protege al débil”.

Ser amables: “Amar también es volverse amable”, precisó el Papa, y esto quiere decir “que el amor no obra con rudeza, no actúa de modo descortés, no es duro en el trato”.

“Sus modos, sus palabras, sus gestos, son agradables y no ásperos ni rígidos. Detesta hacer sufrir a los demás”.

Ser desprendido: Contraria a la frase popular que dice “que para amar a los demás primero hay que amarse a sí mismo”, el Papa recordó que en este himno, San Pablo “afirma que el amor ‘no busca su propio interés’, o ‘no busca lo que es de él’”.

“Hay que evitar darle prioridad al amor a sí mismo como si fuera más noble que el don de sí a los demás”.

Sin violencia interior: El Papa alentó en la Amoris Laetitia a evitar “una irritación no manifiesta que nos coloca a la defensiva ante los otros, como si fueran enemigos molestos que hay que evitar”.

“El Evangelio invita más bien a mirar la viga en el propio ojo”, añadió, para luego exhortar a que “si tenemos que luchar contra un mal, hagámoslo, pero siempre digamos ‘no’ a la violencia interior”.

Perdón: Francisco recomendó no dejar lugar “a ese rencor que se añeja en el corazón”, sino trabajar en “un perdón que se fundamenta en una actitud positiva, que intenta comprender la debilidad ajena y trata de buscarle excusas a la otra persona”.

El Papa aseguró que la comunión familiar “puede ser conservada y perfeccionada solo con un gran espíritu de sacrificio”, que exige “una pronta y generosa disponibilidad de todos y cada uno a la comprensión, a la tolerancia, al perdón, a la reconciliación”.

Alegrarse con los demás: “Cuando una persona que ama puede hacer un bien a otro, o cuando ve que al otro le va bien en la vida, lo vive con alegría, y de ese modo da gloria a Dios”, indicó el Santo Padre.

“La familia debe ser siempre el lugar donde alguien, que logra algo bueno en la vida, sabe que allí lo van a celebrar con él”.

Disculpa todo: Esto, explicó el Papa, “implica limitar el juicio, contener la inclinación a lanzar una condena dura e implacable: ‘No condenéis y no seréis condenados’”.

“Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentan mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores. En todo caso, guardan silencio para no dañar su imagen. Pero no es sólo un gesto externo, sino que brota de una actitud interna”.

 

Con información de: Resumen de medios católicos

Foto: pixabay.com

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