El Pontífice expuso las 3 actitudes “que nos preparan para vivir la Navidad de manera auténtica”: la alegría contante, la oración perseverante y la acción de gracias continua.
Precisamente, el Papa explicó en qué consiste “domingo de la alegría”: “la liturgia nos invita a acoger el espíritu con el que acontece todo esto, es decir, la alegría” y recordó que “San Pablo nos invita a preparar la venida del Señor asumiendo tres actitudes: la alegría constante, la oración perseverante y el dar gracias continuamente”.
Sobre la primera actitud, aseguró que se debe “permanecer siempre en la alegría incluso cuando las cosas no van según nuestros deseos”. “Las angustias, las dificultades y los sufrimientos atraviesan la vida de cada uno, y tantas veces la realidad que nos rodea parece inhabitable y árida”.
Pero esta alegría en la espera se basa en la “oración perseverante”: “por medio de la oración podemos entrar en una relación estable con Dios, que es la fuente de la verdadera alegría”.
“La alegría del cristiano –continuó– viene de la fe y del encuentro con Jesucristo, razón de nuestra felicidad. Cuánto más estamos enraizados en Cristo tanto más reencontraremos la serenidad interior, incluso en medio de las contradicciones cotidianas”.
Así, el cristiano que encuentra a Jesús “no puede ser un profeta de desventuras, sino un testimonio y un heraldo de alegría”.
“Una alegría para compartir con los demás, una alegría contagiosa que hace menos difícil el camino de la vida”, aseguró.
Por último, el “dar gracias continuamente” hace referencia a “reconocer siempre sus beneficios, su amor misericordioso, su paciencia y bondad, viviendo así un incesante agradecimiento”.