Fotos: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta
La gran celebración eucarística de la Fiesta Diocesana se llevó a cabo el pasado sábado 17 de agosto en la Catedral San José, donde además, tuvo lugar el envío de discípulos misioneros.
La Sagrada Eucaristía fue presidida por el Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ochoa, quien se dirigió a los fieles enfatizando en que “en el mundo en que vivimos tenemos que ser luz del evangelio para todas las gentes”.
Durante la homilía, Monseñor insistió en tres palabras para vivir la misión: Bautizados, enviados y misioneros, ya que “somos marcados con el signo de Cristo desde el bautizo, para llevar la buena nueva de nuestra esperanza cristiana”. El Obispo explica que en el bautismo “recibimos una gran herencia, el don de la salvación”.
El segundo término al que hace alusión es: enviados, porque el Señor envió a sus discípulos, “como nos envía hoy a nosotros para ser evangelio del Padre, luz del mundo”.
Finalmente, destaca el ser misioneros. “El Señor nos quiere siendo testigos con obras y palabras en las comunidades (…) quiere que llevemos a Jesucristo con fuerza, como la verdad de nuestra vida”.