En la catedral san José de Cúcuta se llevó cabo la celebración eucarística con la cual se clausuro la fiesta diocesana en los 62 años de la Diócesis de Cúcuta, presidida por Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid acompañado por sacerdotes, Diáconos, seminaristas y fieles laicos venidos de las parroquias de la Ciudad.
Al celebrar la eucaristía en este día damos gracias a Dios por permitirnos contemplar su gracia y misericordia al concluir la fiesta Diocesana que ha sido la oportunidad de expresar nuestros sentimientos de amor, unidad fruto del plan pastoral que estamos viviendo en esta Iglesia particular.
En su homilía Monseñor Víctor Manuel tomando la primera lectura de la liturgia del día del profeta Ezequiel animo a los presentes a contemplar la Gloria de Dios que se manifiesta en pequeños detalles, el profeta contempla la Gloria de Dios y nosotros hoy tenemos que afirmar a Dios con nuestra vidas si es necesario .
A la vez Monseñor recordó la labor de Monseñor Jaime prieto Amaya en su paso por esta porción de pueblo de Dios y expreso que su ministerio actualizo el amor de Dios en este Iglesia, después de haber servido con anegación por muchos años a la iglesia de Barrancabermeja, el señor lo puso con el callado de pastor en la Iglesia de Cúcuta, hoy recordamos con amor su legado en defensa de la vida, su entrega generosa a los pobres, la fortaleza en su trabajo con los campesinos en la pastoral de la tierra, su dedicación que ayuda a edificar la disciplina de la Iglesia y la asimilación del dolor.
Al terminar la celebración eucarística Monseñor Víctor hizo un gesto de veneración a las tumbas de monseñor Jaime Prieto Amaya y Monseñor Luis Pérez Hernández y elevo una oración especial por su eterno descanso.