El Papa Francisco hoy viernes, 4 de mayo, se reunió con aproximadamente 700 participantes del Congreso Internacional “Consecratio et Consecratio per evangelica consilia, promovido por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.
Desde el 3 de mayo se están reunidos los consagrados, quienes terminarán el Congreso el día 6 de este mes.
En el encuentro que sostuvieron hoy con el Sumo Pontífice, recibieron una reflexión especial por parte de éste: “¿Cuáles son las cosas que el Espíritu quiere que se mantengan fuerte en la vida consagrada?” Preguntó el Papa. Y respondió: “la oración, la pobreza y la paciencia”. Así inició su reflexión sobre estos tres pilares de la vida consagrada.
Sobre la plegaria afirmó que es volver siempre a la primera llamada. La plegaria de un consagrado, de una consagrada, es regresar al Señor que le ha invitado a estar cerca de Él. “La plegaria es lo que me hace trabajar para el Señor, no para mis intereses o para la institución en la que trabajo, no: Para el Señor”. Afirmó el Papa Francisco.
También explicó la importancia de la pobreza en la vida consagrada y aseguró, citando las Constituciones de San Ignacio, que “la pobreza es la madre, es el muro de contención de la vida consagrada”.
En cuanto al tercer pilar, la paciencia, el papa dice que sin la capacidad de padecer, una vida consagrada no puede someterse a sí misma. Expresa Francisco: “Sin paciencia, por ejemplo, se entienden las guerras internas de una congregación. Porque no han tenido la paciencia de soportarse el uno al otro”.