En su habitual homilía, el papa Francisco, reflexionó este 06 de febrero acerca de la disposición con la que el hombre recibe el don de Dios. Hizo referencia a la actitud que tuvieron muchos judíos ante el mensaje de Jesús, resaltando la incapacidad de estos para recibir con amor y libertad la gracia que se les ofrecía.
“Cuando Jesús dice: ‘El Padre siempre obra, también yo obro siempre’, los doctores de la ley se escandalizaron y querían matarlo por esto. ¿Por qué? Porque no sabían recibir las cosas de Dios como un don. Solo como justicia: ‘Estos son los mandamientos. En lugar de abrir el corazón al don, se han escondido, han buscado refugio en la rigidez de los mandamientos, que ellos habían multiplicado hasta 500 o más. No sabían recibir el don. Y el don solo se recibe con libertad. Y estos rígidos tenían miedo de la libertad que Dios nos da; tenían miedo del amor”.
A partir del salmo 103 se desarrolló el mensaje del papa, el cual mostro la obra constante de Dios con sus hijos, “El Señor nos ha creado y nos continua recreándonos”, es decir cambiando las cosas feas en nosotros, por corazones llenos de amor.