La reunificación familiar, atención integral a los deportados y la búsqueda de caminos de resolución, prioridades sobre las que llama la atención obispo

Desde el primer momento, la Iglesia Católica de Cúcuta ha acompañado a esta población en estado de vulnerabilidad, a través de un trabajo articulado con la institucionalidad y el desarrollo de diversas acciones de carácter social, humanitario, pastoral y espiritual.

Ha brindado apoyo en la caracterización de la población infantil ubicada en los albergues, proceso encaminado a organizar la vinculación de los menores al sistema educativo y al avance en la reunificación familiar.

La Diócesis ha asumido la distribución de alimentos para los deportados y la recolección de información sobre los enseres que las familias deportadas dejaron en sus viviendas en Venezuela.

El Centro de Migraciones diocesano ha atendido, en el 2015, 1900 deportados y más de 90.000 desde su fundación.

Se han destinado 4 sacerdotes, 8 diáconos y un grupo de seminaristas para la atención pastoral y espiritual de esta emergencia.

 

Este acompañamiento oportuno y eficaz de la Iglesia católica de Cúcuta, fue destacado por el presidente de la República durante su visita a la frontera: “Quiero agradecerle a la Iglesia, ha hecho un trabajo extraordinario, nos han venido apoyando en 5 albergues, aparte de lo que la Iglesia tiene funcionando y donde atiende a cientos de deportados”.

Actualmente se registran 1108 deportados y más de 5000 migrantes forzados.

 

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