Dieciocho meses fueron suficientes para que la huella de este querido pastor, apóstol de los derechos humanos, de la justicia y la paz, padre y amigo, quedara grabada en los corazones de este pueblo de la zona de frontera colombo venezolana que se hizo partícipe una vez más de la misericordia y gran amor de Dios, a través del ministerio fecundo de nuestro querido y recordado monseñor Jaime Prieto Amaya.
La Diócesis de Cúcuta, en el cuarto aniversario de su paso a la casa del Padre Celestial, quiere rendirle un tributo de afecto y cariño a este Buen Pastor, que tuvo una opción preferencial por los pobres y luchó incansablemente por la justicia y defensa de la dignidad humana.
Grandes enseñanzas nos dejó monseñor Jaime Prieto, quien entregó 15 años de su vida episcopal a la pacificación del Magdalena Medio y 18 meses de trabajo pastoral incansable en la zona de frontera, con el deseo de proyectar el desarrollo de nuestras comunidades.
En este día, recordamos el gran legado y compromiso que ha dejado entre quienes tuvimos la gracia de compartir sus enseñanzas arraigadas en el evangelio de amor.
Un hombre de Ideas Claras, convicciones firmes y acciones contundentes
Dinamizó nuestra pastoral:
1. Cercano a las comunidades, siempre brindó una sonrisa y gesto de cercanía a quienes le acogían en cada una de sus visitas pastorales.
2. En su corazón de pastor siempre tuvo una oración para su pueblo.
3. Acompañó y guío con amor de padre a sus sacerdotes y seminaristas.
4. Trabajó de manera articulada con las fuerzas vivas de la ciudad en la búsqueda de caminos hacía el desarrollo: Impulsó con gran compromiso las Campañas de Comunicación Cristiana de Bienes , buscando promover el desarrollo del sector rural, de nuestros campesinos y la defensa de la dignidad de nuestros niños y niñas; creó el Grupo Motor Binacional.
5. Fue visionario en el papel que juegan los medios de comunicación en la nueva evangelización y en la formación de opinión pública.
Algunas de sus enseñanzas*
La familia
“Los grandes principios de una sociedad se fundamentan sobre la familia, como una de las instituciones mayores, junto a la economía, el trabajo, la política, la educación y la religión. La familia debe regresar al modelo original: Papá, Mamá e hijos, resolviendo los tipos de diversidad en la unidad”.
La Iglesia
“Tenemos un gran reto como Iglesia: La Comunión y participación. Mientras no se logre concebir una Iglesia en Comunión y no una Iglesia Anquilosada, una Iglesia Circular, más Comunitaria, no se obtendrá una pastoral idónea. La conversión debe pasar de un autoritarismo a la participación.
Los seminaristas y sacerdotes (Sacerdotes)
¿Qué Seminarista para qué presbiterio? ¿Qué presbiterio para qué Diócesis?
“El seminarista debe insertarse cada vez más en la realidad con principios sólidos, la alegría de vivir a Jesucristo me está diciendo que debo ser misionero como él, alegre como él, con la alegría fundamentada en el servicio, la diaconía y la entrega; la alegría de comunicarme con los demás. El sacerdote debe marcar diferencia, debe estar convencido de la relación con Dios, de la verdad de la teología, de la práctica de la espiritualidad. Superando el secularismo y permaneciendo en sus principios.
La cultura
“¿En qué cultura estamos actualmente? Los valores de la cultura colombiana están ahogándose en una cultura imitativa; perdimos nuestras especifidades nacionales por moldes importados ¿Es la moda la que dicta las costumbres en Colombia? ¿No hay posibilidades de vivir de otra manera? Cuando la cultura se unifica en la globalización se lesiona la riqueza y la autenticidad, perdiendo consistencia la literatura, el folclor y los valores ancestrales”.
La Iglesia Joven y los Jóvenes en la Iglesia
¿Se plantea hoy el joven el sentido de la vida? Podríamos responder categóricamente no. Y la razón no está en el mismo joven sino en lo que sociedad le presenta: consumismo y placer o satisfacción inmediata como formas de «vivir mi vida». Individualismo o autonomía sin referencia al «otro». Pérdida del sentido de compromiso y apatía a la organización o institución, conciencia fragmentada. Qué difícil entonces para el joven de hoy elaborar un proyecto de vida que lo comprometa. Sin los jóvenes va a ser bien difícil, presentar una Iglesia dinámica, creativa y disponible.
El Estado y la Política
¿Cuál es el deseo del pueblo colombiano? Un Estado digno, honesto, promotor del Bien Común y de los valores democráticos, pluralista, dialogante, cercano al pueblo, transparente en todo sentido. ¿Cuál es la gran frustración del pueblo colombiano? Cuando parece que avanzamos un poquito en confiabilidad, cuando confiamos que las ramas del poder público se repongan de su mala imagen, de nuevo aparece el fantasma de la corrupción, de componendas y pactos con grupos al margen de la ley.
La tierra, los campesinos y la paz
Ante los grandes problemas de desigualdad en la propiedad de la tierra, la alta concentración, la utilización deficiente o sobreutilización de la misma, el desempleo rural, la pobreza y el destierro han demostrado la necesidad de una reforma agraria. La reforma agraria amplia e integral es el único camino para superar el conflicto socio – político y alcanzar la tan anhelada paz en nuestro país.
Mujer
Mujer, en la búsqueda de emancipación, la mujer puede caer en la trampa mortal de la sociedad de consumo. El proyecto de la Iglesia no crea brechas inseparables ni antagónicas entre varón y mujer, los dos son corresponsables en la construcción del presente y del futuro de la sociedad. Esta propuesta se enmarca en valores insustituibles para la Iglesia y la Sociedad, como son la familia y la maternidad, lo cual no impide su participación activa en otras áreas de la vida social fundamentales para su desarrollo integral.
Trabajo
Cada vez resulta muy claro y urgente que la democracia en Colombia y en América Latina, necesita un nuevo contrato social, fundamentado en el trabajo y en valores éticos que toquen el nivel más profundo de la persona humana como es el cultural. El modelo de desarrollo basado en el capitalismo salvaje, contrario a un modelo de desarrollo fundamentado en los principios éticos y en la búsqueda de una auténtica democracia, en donde todos podamos participar y todos nos sintamos representados.
Frontera (Grupo Motor Binacional)
La realidad fronteriza colombo – venezolana, exige lecturas compartidas de la realidad, alternativas articuladas con compromisos consecuentes para la formación general, el monitoreo, la formación de opinión pública y la incidencia política que nos conduzcan a un encontrar soluciones y alternativas para la integración binacional. El grupo motor es un espacio de todos los actores de la sociedad civil de la frontera.
*Compilación elaborada por la Pastoral Social de la Diócesis de Cúcuta.“No está lejos de nosotros”
Como en una oportunidad lo afirmó uno de sus grandes amigos, el padre Francisco de Roux, monseñor Jaime q.e.p.d. “No está lejos de nosotros; aunque no podamos escuchar más la fuerza de su palabra y la sonrisa amable de su alegría. Lo encontraremos allí, donde él nos enseñó a llegar: al lado de los pobres, de las víctimas, de los campesinos excluidos, de los desplazados sometidos al terror, de los huérfanos y las viudas; lo encontraremos cuando tengamos el coraje de decir la verdad en medio de las amenazas; cuando tengamos la grandeza de perdonar; cuando nos sumerjamos en el silencio para escuchar al espíritu. Lo encontraremos allí, porque ese es el lugar donde todos nosotros encontramos a Dios, al Padre de Nuestro Señor Jesucristo, y Jaime vive en Dios