El Cardenal de Colombia destaca y agradece el servicio y misión de la Vida Consagrada presente en la Diócesis

 

 

Expresó además que “la Vida Consagrada hace descubrir a la Iglesia verdaderamente como una comunidad. Nosotros sabemos que el seguimiento de Cristo no puede ser sencillamente individual (…) Todo carisma en la Iglesia es para el servicio del cuerpo de Cristo, nos dice San Pablo, ningún carisma se ha dado para la propia utilidad, sino para la utilidad de todo el pueblo. Entonces en la vida religiosa nosotros descubrimos claramente cómo el carisma propio está al servicio del mundo desde la Iglesia y a partir de la Iglesia. Un servicio pobre, humilde, desinteresado, que significa la entrega permanente de todo lo que se recibe del Señor y de todo lo que se dé hacia los más pobres, hacia los más necesitados”.

Durante el encuentro, el purpurado también invitó a vivir en plenitud la Vida Consagrada, a descubrir cada día de nuevo lo que significa la pobreza, vivir todos los días el discernir la voluntad de Dios en comunidad, bajo la guía de los superiores, la obediencia.

Expresó que “la Vida Consagrada debe adherirse  profundamente en la vida diocesana. Se corre peligro de que la vida religiosa se disperse porque cada comunidad tiene su propia obra, carisma, especificidad de su servicio, entonces es posible que se dedique de tal manera a ese servicio, que pierda el sentido de una comunidad mucho más amplia, que es precisamente la comunidad diocesana.

Finalmente, dio las gracias a los religiosos y religiosas “como es una vida consagrada es un trabajo de una abnegación inmensa, están de una manera única mostrando cómo el amor de Dios no tiene límites, eso indica de parte de ustedes una gran generosidad, una gran capacidad de seguir al Señor, en hacer que el amor de Dios se manifieste en sus comunidades”.

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