Un llamado al respeto a la vida, la promoción de la dignidad humana, la paz y conversión de los corazones violentos se escuchó durante el rezo del Santo Rosario camino al monumento y durante la celebración de la sagrada eucaristía, presidida por monseñor Julio César Vidal Ortiz, obispo de Cúcuta.
“Hoy oramos por los sicarios, los que no respetan la vida, matan, abortan, atentan contra el ambiente, para que el Señor transforme sus corazones. Dios quiere que no odiemos, que no matemos, Él quiere que vivamos un amor fiel e incondicional. Que respetemos y cuidemos nuestra vida y la de nuestros hermanos”, afirmó el obispo durante su homilía, en la que también se refirió a la jornada de oración y preparación a Pentecostés, que se vivió la noche anterior en la Diócesis; la solemnidad de la Ascensión, que nos recuerda que al subir el Señor al cielo nos ha dejado al Espíritu Santo, que es el que mueve la Iglesia y nos llena de gracia; la felicidad que nos embarga como católicos ante la canonización de la Primera Santa Colombiana y el compromiso de los cristianos de ser misioneros que anuncian el Evangelio y dan testimonio con su vida.
De los distintos puntos cardinales que confluyen en el monumento llegó la romería de bautizados, quienes orando el Santo Rosario se unieron a la conmemoración del día de la Virgen de Fátima. Autoridades civiles y de policía también se unieron a la peregrinación.
La peregrinación al monumento de Fátima es una tradición del pueblo de esta zona de frontera, en su mayoría mariano. El 13 de mayo, también, la Diócesis de Cúcuta conmemora la solemnidad de la dedicación de la Catedral San José.