Fotos: Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta
En la experiencia sinodal que vive la Diócesis de Cúcuta como Iglesia Católica, celebró este jueves 7 de abril, la Misa Crismal, donde se bendijeron los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, se consagró el Crisma y en unidad con el Señor Obispo, el presbiterio renovó sus promesas sacerdotales.
Reunidos en la Catedral San José, se celebró la Eucaristía, presidida por el Obispo de esta Iglesia Particular, Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, quien explicó que los óleos son signo y presencia del Espíritu Santo, porque “Él es el lazo de unidad entre el Hijo y el Padre” y, asimismo, “es el artífice de la unidad de la Iglesia”, expresó.
“El Espíritu Santo nos saca del egoísmo, de los individualismos, de la mentalidad de oposición y desconfianza, de la reserva frente a los otros (…) De tal manera que, en el cuerpo que es la Iglesia, la paz y la unidad de los diferentes miembros se mantiene por la fuerza del Espíritu Santo”, aseguró el Obispo, quien se dirigió a su clero, exhortándolos a vivir en permanente comunión, ya que «un sacerdote sin comunión presbiteral, agoniza y muere», por ello, la unidad comunitaria del presbiterio resulta como exigencia indiscutible de los carismas propios de la ordenación sacerdotal. Monseñor manifestó que la fraternidad debe expresarse “en relaciones interpersonales ricas y colaboración permanente por encima de la variedad de carismas, ministerios y cargos”.
Por otra parte, a los fieles bautizados, los convocó a que, con conciencia y responsabilidad, «asuman siempre su tarea de asegurar la fidelidad de los sacerdotes mediante su oración y sacrificios, para que seamos santos de verdad», además pidió su «corrección oportuna cuando sea necesario», para poder detener los desfallecimientos e infidelidades. Enfatizó en que “esta es la auténtica comunión y la necesaria solidaridad de salvación entre pastores y fieles”.