Fotos: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta
Este martes 3 de agosto, la Diócesis de Cúcuta despidió al padre Rigoberto Castrillón Restrepo, quien murió el domingo 1 de agosto. En la celebración de sus exequias en la Catedral San José, el clero diocesano acompañó a sus familiares y amigos, donde la muerte entristece, pero como cristianos, “nuestra fe nos conforta y nos asegura que Cristo vive eternamente y que su amor es más fuerte que la misma muerte”, aseguró el padre Israel Bravo Cortés, Vicario General de esta Iglesia Particular y quien presidió la Sagrada Eucaristía.
Las exequias, son una expresión de acción de gracias a Dios por la vida terrenal y la fe en que el paso siguiente, sea el descanso eterno. Explicó el padre Israel que, “un cristiano es alguien que quiere descansar fundamentalmente en Dios”, esto precisamente lo repetía el padre Rigoberto en su lecho de enfermedad, citando a diario frases del Evangelio según san Mateo en el capítulo 11, versículos 28 y 29: “¡Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso! ¡Pongan mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón! Así encontrarán descanso para su espíritu”. Este deseo por descansar en el Señor, “impulsa a esta Iglesia Particular a seguir su ejemplo de querer siempre vivir y descansar en Dios”, expresa el Vicario General, agradeciendo al Señor por todo su servicio pastoral, marcado por estar atento y vigilante a dar nuevas ideas, “con todas sus capacidades y limitaciones, y, sobre todo, con un profundo amor a Dios y a la Iglesia, el padre Rigoberto se arriesgó por el cambio, por la transformación del corazón y el espíritu”.
De esta manera, después de casi 59 años de ministerio sacerdotal, de cumplir con el llamado a servir a la Verdad, los fieles bautizados de la Diócesis de Cúcuta se unen en oración, pidiendo a Dios Todopoderoso que lo reciba en su Reino celestial.