5 Razones bíblicas por las cuales los católicos veneramos a la Santísima virgen María

1° Razón: Como católicos tenemos un regalo especial de parte de Jesucristo que quiso dejarnos a su Madre Santísima como Madre Nuestra.


El evangelio de Juan nos dice sobre esTo lo siguiente: “Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa (Jn 19, 26-27).


Si lees atentamente el pasaje anterior notarás que Jesucristo dice a su discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. No es a cualquier persona sino al “discípulo” al que le dijo esas palabras. Es el auténtico discípulo de Cristo quien, al igual que el apóstol Juan, hoy acepta a María como “Madre”.


En ‘Juan’ encontramos el modelo de todo discípulo que acepta este regalo de Jesús. En la Cruz, en esos últimos momentos, cuando Él sabe que va a partir, es cuando Nuestro Señor delante de todos deja como testamento espiritual para todo discípulo cristiano un regalo especial: “Ahí tienes a tu madre”. Bendita seas María, Madre de la Iglesia, Madre mía y Madre nuestra.


Un momento después notamos la actitud del discípulo: Juan, sin vacilar, escribe lo que ese día él mismo había hecho: “El discípulo se la llevó a su casa”. Como no recordarlo y ponerlo dentro de la Buena Nueva que estaba escribiendo en su Evangelio. El mismo lo dijo: “Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero” (Jn 21, 24).

Es por eso que hoy, igual que ese día, el verdadero discípulo de Cristo hace lo mismo que Juan, se “lleva a María a su casa”. Bendita seas madre santa, porque podemos tener la misma alegría de Juan de poder llevarte y tenerte en nuestra casa.


Además, si la Biblia enseña que hay que “honra a tu Padre y a tu Madre” (Lc 18, 20) Eso es lo que seguramente hizo Juan y nos puso con ello el ejemplo de Honrar a María.

Con esa actitud Juan fue un buen católico.


Gracias Apóstol Juan por darnos el ejemplo de amor a la Virgen como una madre espiritual del verdadero discípulo de Jesucristo.


2° razón: El Ángel, enviado por Dios, le dice: “Alégrate, llena de Gracia, el Señor está contigo. Bendita tu entre las mujeres”.


“Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazareth, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita tu entre las  mujeres» (Lc 1, 26 -28).


Que maravillosa es la Palabra de Dios al mostrarnos esto con tanta claridad.

 

La Biblia nos dice que el Ángel es enviado por Dios para reafirmarlo, pues la palabra ‘Ángel’ significa mensajero. Si era enviado por Dios no podía equivocarse de ninguna manera y sus palabras a la Virgen María son tal y como hoy nosotros le llamamos:


“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita tu entre las mujeres”.

En las Biblias de versiones protestantes dice exactamente lo mismo. Bendito seas “Ángel” de Dios que no tuviste ningún problema en decir estas palabras y reconocer la grandeza de Dios en esta santa mujer.


Cuando hoy en día hay muchos que dicen ser cristianos y le preguntan al católico que porque veneramos a la Virgen hacen eso porque al parecer no están leyendo atentamente la Biblia o no la quieren aceptar. Bendecir a la Virgen María es algo que nos puso como ejemplo el mensajero de Dios. “Bendita tu entre las mujeres” María santísima.

 

3° Razón: El niño, quien será Juan, El Bautista, salta de gozo y al mismo tiempo, su prima Isabel queda llena del Espíritu Santo.

Que detalles tan hermosos y tan fuertes nos dice la Sagrada Escritura al describir la reacción de quien recibe a la Virgen en su casa: “Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo” (Lc 1,41).

Este texto nos muestra cómo la naturaleza humana reconoce desde su estado de gestación la presencia de María junto al fruto de su vientre como el cumplimiento de la promesa hecha por Dios a la humanidad. Junto a Juan, El Bautista, y a Isabel toda la humanidad se alegra y reconoce a la María Santísima como la Madre del hijo de Dios.

Ese bebé, junto a su madre, al que pondrían el nombre de Juan, no solo salto de gozo, sino que también quedó lleno del Espíritu Santo. Eso lo había profetizado el Ángel:

“Porque será grande ante el Señor; no beberá vino ni licor; estará lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre”(Lc 1,15).

¿Qué fue lo que paso ese día para que Isabel y el más grande de los profetas

(Lc 7, 28; Mt 11,9) quedaran llenos del Espíritu Santo? ¿Cuál fue la razón para tan grande manifestación de Dios?

Todo fue por la presencia y el “saludo de María”. Por eso, como católicos recibimos con gozo esa misma bendición.

María nos lleva hacia una vida más llena del Espíritu Santo. Lo que pasó fue que “el bebé salta de gozo y su prima Isabel se llenó del Espíritu de Dios”. ¡Qué increíble que muchos cristianos de otras confesione no alcancen a descubrir esto que está tan claro en todas las Biblias del mundo!.

Cierre sus ojos e Imagíneselo unos segundos en su mente. Va entrando María y con su sola presencia provoca, que Isabel se llene del Espíritu Santo. Al mismo tiempo ese gozo es tal en Isabel que no solamente ella se llena de Dios sino que el bebe que lleva en su vientre “Salta de gozo”.

Se imagina a Juan lleno de gozo y del Espíritu Santo por la presencia de María en casa de su mama Isabel.

Más expresivo ya no podía ser el evangelista San Lucas al narrarnos que fue lo que ese día sucedió: “Gozo y presencia del Espíritu Santo es lo que provoca la santísima Virgen María”.

Esta es la tercera razón bíblica del por qué amamos y veneramos a la Virgen. Simplemente, como católicos y cristianos verdaderos, aceptamos la Palabra de Dios tal cual es. Por eso al igual que ese bebé, saltamos de gozo y al aceptar a María en nuestras vidas entra Jesucristo y derrama su Espíritu sobre nosotros para llenarnos de su presencia.

4 Razón: Isabel, llena del Espíritu Santo, alaba y bendice a la Virgen María

“… e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo

Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno” (Lc 1,42).

Ni explicación hace falta pero solamente reforcemos que fue Isabel, llena del

Espíritu de Dios, quien fue la primera que uso las palabras con las que los católicos veneramos la Virgen.


Si hoy alguien dice que estamos mal al bendecir a la Virgen recitando las palabras del ángel y de su prima santa Isabel en el santo rosario en realidad está atacando al mismo Espíritu Santo, pues fue Él quien impulsó a Isabel a bendecir a la santísima Madre de Jesús y madre Nuestra.


Igualmente si hoy alguien dice: ¿Dónde en la Biblia se habla de alabar a la Virgen?

Lo respetamos y le sugerimos que lea un poco más la Biblia pues eso está escrito en Lc 1,42, desde hace más de dos mil años y es increíble que hoy haya personas que dicen ser cristianos y que desconocen este pasaje de la Sagrada Escritura.

Con gozo, con el Espíritu de Dios impulsándonos y con la Biblia en la mano decimos igual que Isabel cuando se llenó del Espíritu Santo: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre Jesús”.

 

5 Razón: Santa María profetizó que todas las generaciones le llamarían “Bienaventurada”.


Eso es lo que dice en todas las Biblias incluyendo las que usan los otras confesiones cristianas que no están en comunión con nuestra Iglesia Católica:

“Por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada”( Lc 1,48).

Los católicos al venerarla y llamarle bienaventurada cumplimos esta profecía bíblica.


Entonces preguntémonos: ¿Qué Iglesia en el transcurso de la historia ha venerado a María? ¿Quién en estos dos mil años ha cumplido esta profecía bíblica? La respuesta es: ¿Los Mormones? ¿Los Testigos de Jehová? ¿Los evangélicos?, ninguno de ellos, pues ni siquiera existían y cuando aparecieron en vez de cumplir esta profecía se pusieron a contradecirla.

La respuesta correcta sobre quién cumple esta profecía bíblica es la Iglesia Católica. Somos nosotros quienes por gracia de Dios siempre la hemos llamado “Bienaventurada” sabiendo que de esta manera glorificamos el nombre de Dios pues es Dios mismo quien llamó a la santísima Virgen María y la llenó de su gracia (Lc 1,28).


Por estas cinco razones bíblicas en este mes de mayo te amamos, te veneramos y te bendecimos siempre Santa Madre de Dios, María Santísima.

 

Fuente:Texto publicado originalmente en el Periódico La Verdad/Edición 650.

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