En la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro del Vaticano los miércoles de cada semana, en la correspondiente al 10 de octubre, el Papa Francisco realizó una fuerte defensa del derecho a la vida de todas las personas y criticó con dureza el aborto. “Toda violencia y daño contra la vida provienen del miedo. Acoger al otro desafía nuestro individualismo”, recalcó el Santo Padre.
Francisco aseguró que no es justo deshacerse de una vida humana que se encuentra en el vientre de su madre y lo comparó con recurrir a un sicario para solucionar un problema. Dice el Papa: “por eso los padres deben ser acompañados y sostenidos para superar sus compresibles miedos. Un niño enfermo, como cualquier persona necesitada y vulnerable, más que un problema es un don de Dios, que nos puede sacar de nuestro egoísmo y hacernos crecer en el amor”.
Francisco aseveró que lo que lleva al hombre a rechazar la vida, “son los ídolos de este mundo: el dinero –mejor deshacerse de éste porque costará- el poder, el éxito. Son parámetros equivocados para evaluar la vida”. El Papa exhortó a las personas de tomar el valor del amor como única medida auténtica de vida, el mismo amor con que Dios ama cada vida humana.
“Que nadie mida la vida según los engaños de este mundo, sino que cada uno se acepte a sí mismo y los demás en nombre del Padre que nos ha creado. Él es un amante de la vida”. Afirmó el Sumo Pontífice.