El prelado, refiriéndose al tiempo de Cuaresma, que inició con el Miércoles de Ceniza, recordó la importancia de interiorizar y vivenciar las practicas cuaresmales: ayuno, penitencia, limosna y oración.
- LA ORACIÓN: “Hacer de nuestros días y nuestras noches una oración. Se dice que la oración es el poder del hombre y la debilidad de Dios”.
- AYUNO: “Privarme de ciertas cosas, de alimentos para poder fortalecer y darle vigor a mi espíritu y no dejarme llevar por los gustos si no por lo que a Dios le agrada. El ayuno fortalece tu espíritu”.
- LA LIMOSNA: “Es el ejercicio de la caridad es salir de ti y compartir con tus hermanos lo que el Señor te ha dado. Siempre hay alguien más necesitado que tú. La limosna borra la multitud de los pecados”.
Finalmente el obispo, al referirse al significado que representa el número 40 “sacado de la historia de la salvación” y del que se hace alusión en este tiempo de preparación para la Pascua, explicó: “40 días y 40 noches duro el diluvio universal, 40 días estuvo Moisés en el monte de Sinaí antes de recibir las tablas de la ley, 40 años estuvo el pueblo peregrino a través del desierto antes de entrar a la tierra prometida; 40 días estuvo Elías en ayuno antes que se le revelara a Dios y 40 días estuvo Dios en ayuno hasta que lo tentó el demonio”.