San Juan María Vianney: patrono de los sacerdotes

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«Cura de Ars, patrono de los sacerdotes, enamorado de la Eucaristía y maestro de la penitencia. Recibió, entre otros, el don de lágrimas. Con su santidad ya en vida conmovió a la Europa de su tiempo». 

San Juan María Vianney: Fue un apóstol que llegó al corazón de cientos de miles de personas con su virtud, en el silencio de su ofrenda y abrazo a la cruz, contemplando la Eucaristía, envuelto en lágrimas.

Nació en Dardilly, Francia, el 8 de mayo de 1786, cuando la Revolución comenzaba a hacer acto de presencia y su influjo era percibido en hogares católicos como el suyo, lo cual signó su infancia.

Milagrosamente pudo sobrevivir durante años apenas sin alimentarse y sin concederse el mínimo descanso, cosido materialmente a durísimas disciplinas que él mismo se infligía. Obediente, sencillo, humilde, agradecido, con gestos significativos como adquirir un paraguas de seda para una señora que lo acogió en su casa cuando estaba oculto, con el don de penetración de espíritus y el de lágrimas, este gran sacerdote, tierno y humano, murió el 4 de agosto de 1859. Había dado gloria a Dios y encumbrado con su santidad la pequeña aldea de Ars, prácticamente desconocida hasta que llegó, y que en adelante perviviría junto a su nombre. Pío X lo beatificó el 8 de enero de 1905. Pío XI lo canonizó el 31 de mayo de 1925, y en 1928 lo nombró patrono de los párrocos.

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