Foto: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta
En la Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen se realizó la actividad de clausura del proyecto “Ayuda de emergencia a población venezolana en condición migratoria”, un trabajo mancomunado de varias instituciones y organizaciones como Cáritas Colombia; Cáritas Luxemburgo; la Diócesis de Cúcuta; La Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen a través de la Guardería ‘Niña María’; el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y otras instituciones de educación que se vincularon a esta obra que permitió dar ayuda a todos los niños migrantes venezolanos y colombianos retornados con edades entre dos y catorce años.
La actividad contó con la participación de las mamás de cada uno de los niños que han sido beneficiados por esta iniciativa.
También asistieron delegados y representantes de las organizaciones que patrocinaron esta causa. Omar Leonardo Arias, coordinador de la Guardería afirmó que a cada uno de ellos se le otorgó un reconocimiento, “esperando sean animados en la continuidad de la prestación del servicio”.
Antonio José Rodríguez, coordinador académico del Centro de Formación para el Desarrollo Rural y Minero del SENA, expresó que “el SENA en cabeza de la subdirectora Dennis Cristal Barrera Cótamo y en nombre propio”, reciben este reconocimiento con mucha satisfacción, debido a que “estos eventos resaltan la labor que se viene desarrollando en pro de la construcción de una nueva sociedad y en pro de construir caminos de paz para poder vivir en una sana convivencia”.
Dentro de las ayudas que recibieron los niños se destacan la atención socio-jurídica, psicosocial y alimentación. En el tema de alimentos, Dora Lisbeth Gómez Rodríguez, coordinadora del proyecto, hizo énfasis en el logro de metas “increíbles”, como la de entregar más de “ocho mil ayudas alimentarias cuando lo estipulado inicialmente era de treinta entregas”.
Yureidy Saguirre, madre de dos niñas que estuvieron recibiendo atención en la Guardería ‘Niña María’, manifestó: “Tengo dos niñas, una de ocho años y una de dos años. Estoy muy agradecida, porque se me ha brindado una ayuda muy grande. Mis hijas comen aquí, duermen, se duchan, me las tratan muy bien gracias a Dios. Están muy contentas”. Según Yureidy, sino hubiesen estado sus hijas bajo el amparo de la Guardería, les habría tocado que permanecer en la calle junto a ella, mientras conseguía el sustento diario.