En un cierto momento de la vida, cualquier Obispo debe “despedirse”, como San Pablo enseña a la Iglesia de Éfeso en una de las lecturas de la liturgia del día y que el Papa Francisco comentó en la homilía en Santa Marta.
El Santo Padre habló de las actitudes que debe tener todo pastor e invitó a todos a no sentirse el centro de la historia y a seguir al Espíritu Santo allá donde quiera.
“Todos los obispos debemos despedirnos. Llega un momento en el que el Señor nos dice: ‘ve a otro sitio, ve allí, ven aquí, ven conmigo’. Y uno de los pasos que debe dar un pastor es también prepararse para irse bien, no irse a la mitad. El pastor que no aprende a despedirse es porque tiene algún lazo de unión no bueno con la grey, una unión que no está purificada por la Cruz de Jesús”.
El Pontífice explicó que San Pablo da una serie de “consejos” a los presbíteros de Éfeso y aprovechó para recordar las “3 actitudes” del apóstol.
“No es un acto de vanidad” porque “él dice que es el peor de los pecadores, lo sabe y lo dice”, pero simplemente “cuenta su historia”. “Y “una de las cosas que dará mucha paz al pastor cuando se despida es acordarse de que nunca ha sido un pastor de compromisos”, es decir, “que no ha guiado a la Iglesia con los compromisos. No se ha echado para atrás”. “Y se necesita coraje para esto”, afirmó.
La segunda actitud es abandonarse al Espíritu Santo, como San Pablo que “forzado por el Espíritu Santo” fue a Jerusalén. “El pastor sabe que está en camino”: “mientras conducía a la Iglesia estaba con la actitud de no comprometerse; ahora el Espíritu le pide ponerse en camino, sin saber qué ocurrirá.
“‘¿Ahora quiere Dios que yo me vaya? Me voy sin saber qué me sucederá. Solo se –el Espíritu le había hecho saber eso– que el Espíritu Santo de ciudad en ciudad da testimonio de que me esperan cadenas y tribulaciones’. Eso lo sabía. ‘No me jubilo. Voy a otra parte a servir a otras Iglesias’. Siempre con el corazón abierto a la voluntad de Dios: ‘dejo esto, veré que me pide el Señor’. Y ese pastor sin compromisos es ahora un pastor en camino”.
Por último, Francisco comentó las palabras de San Pablo: “No considero mi vida digna de estima” porque “no es el centro de la historia, de la historia grande o de la historia pequeña”, sino que es “un servidor”.
El Papa citó un dicho popular que dice: “Como se vive, se muere; cómo se vive uno se despide”. Y San Pablo se despide con una “libertad sin compromisos”. “Así se despide un pastor”, subrayó.
“Con este ejemplo tan hermoso oremos por los pastores, por nuestros pastores, por los párrocos, por los obispos, por el Papa, para que su vida sea una vida sin compromisos, una vida en camino, y una vida donde no se crean que están en el centro de la historia y así aprendan a despedirse. Oremos por nuestros pastores”.
Fuente: Aciprensa