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Este domingo la Iglesia Católica celebró la Jornada Mundial de los Pobres, quien fue instituida por el Papa Francisco en el 2016, al finalizar el Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
“Los pobres nos facilitan el acceso al cielo; por eso el sentido de la fe del Pueblo de Dios los ha visto como los porteros del cielo. Ya desde ahora son nuestro tesoro, el tesoro de la Iglesia, porque nos revelan la riqueza que nunca envejece, la que une tierra y cielo, y por la cual verdaderamente vale la pena vivir: el amor”, dijo el Papa en su homilía.
Después de finalizar la Eucaristía, el Papa Francisco esperó en el Aula Pablo VI del Vaticano, a 1.500 pobres en compañía de algunos voluntarios, para compartir un almuerzo con los que más lo necesitan.
El Sumo Pontífice afirmó que “en las diócesis y en las parroquias de todo el mundo, han promovido iniciativas de solidaridad para dar esperanza concreta a las personas más desfavorecidas”.
Finalmente, su Santidad agradeció “por tantas iniciativas a favor de la gente que sufre, de los necesitados, y esto debe testimoniar la atención que nunca debe faltar ante los hermanos y hermanas”.