«El trabajo es un bien del hombre, es un bien de su humanidad,porque mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido «se hace más hombre». (Laborem Exercens)

La fiesta del Triunfo de la Santa Cruz se hace en recuerdo de la recuperación de la Santa Cruz obtenida en el año 614 por el emperador Heraclio, quien la logró rescatar de los Persas que se la habían robado de Jerusalén.

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En este tiempo de Pascua celebramos que la muerte y el pecado  han sido vencidos y estamos llamados a vivir en la libertad de los hijos de Dios, en la libertad de los redimidos y resucitados por Cristo.

Preguntémonos:

¿Soy un hombre nuevo, una mujer nueva?

La Pascua nos invita  a vivir el camino de la resurrección que Cristo nos ha señalado. El Señor nos ha dejado unos indicios para que podamos transitar, nos ha dejado regalos que se desprenden del sacrificio que Él hizo por nosotros en la Cruz. Estoy hablando de los frutos de la resurrección o de la pascua de Cristo:

Es la noche más significativa del año. La noche más cargada de sentido. Es el paso de Dios en la historia de su pueblo, el paso de Israel a través del Mar Rojo a la tierra prometida, el paso de Cristo a la nueva existencia, el paso del cristiano de la muerte a la vida y del pecado a la gracia.

Es la celebración más importante que tiene la Iglesia en el Año Litúrgico. Es la noche de la creación, la del sacrificio de Abrahán, la de la salida de Egipto. Es la noche en que somos trasladados a la luz, a la vida, a la libertad.

El Domingo de Resurrección es la fiesta de las fiestas, que inaugura un tiempo nuevo, el tiempo de la nueva creación, que abarca no sólo a las personas sino también al universo entero; es un tiempo de alegría, un tiempo de esperanza, un tiempo de gozo y de preparación para nuestro encuentro definitivo con el Señor, el día de nuestra propia pascua.

Conozca:Sentido Teológico,  Sentido Litúrgico y Sentido Pastoral

A partir de las tres de la tarde se dio inicio a la celebración de la Pasión del Señor, en la catedral San José de Cúcuta,  presidida por nuestro Obispo Monseñor Julio César Vidal Ortiz y concelebrada por los sacerdotes Juan Carlos Calderón, párroco; Carlos Meza, vicario parroquial, Pedro Botello e Israel Bravo.

En este día en el que actualizamos la gloriosa Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo, la celebración se dividió en tres momentos:

Miles de cucuteños, el Viernes Santo, acompañaron a Jesucristo camino al calvario, en el Vía Crucis Diocesano, presidido por el obispo de Cúcuta, Mons Julio César Vidal Ortiz, desde el puente Carlos Ramírez París (en el sector San Mateo) hasta la parroquia Divino Niño. Una oración por la reconciliación, la paz y el respeto a la

Durante este día los cristianos permanecen junto al sepulcro del Señor meditando su muerte (descenso a los infiernos) y esperando en oración la Resurrección del Señor.