Durante la celebración de la Misa Crismal en la ciudad venezolana Ureña (Estado Táchira), los Obispos de las Diócesis de San Cristóbal, Monseñor Mario del Valle Moronta Rodríguez, y de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, pidieron la apertura definitiva de la frontera Colombo-Venezolana.
Los prelados recordaron la cercana relación que une a estos pueblos hermanos, en cuya frontera de 2219 kilómetros se encuentran centenares de familias, cuyas vidas y dinámicas cotidianas se tejen sin distinción limítrofe.
El llamado conjunto surgió tras la celebración eucarística en la que, como signo de comunión entre Iglesias hermanas, el obispo de Cúcuta, acompañado de un grupo de sacerdotes de esta jurisdicción eclesiástica, concelebraron la Misa Crismal en la parroquia Señor de la Misericordia, en la Integración (Ureña).
Durante la solemne eucaristía, en la que se consagra el Santo Crisma y bendice los Óleos; además de renovarse las promesas sacerdotales, los presbíteros fueron exhortados a llevar un verdadero y auténtico ministerio. “El sacerdote debe ser pobre para estar cerca del pueblo; debe como el profeta consolar (…) ser pastor del pueblo, a través de la entrega cotidiana dando la vida con sencillez y humildad”.
“Nos corresponde revestirnos de la verdadera luz. Desde el mundo debemos brillar para todos llevando esperanza al caído y marginado, al más pequeño”, precisó Monseñor Moronta.
El jueves anterior, el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, acompañado de un grupo de sacerdotes, participó en la Misa Crismal en Cúcuta, como gesto de comunión entre dos Iglesias hermanas.