El Santo Padre propone reflexionar durante los próximos tres años sobre las sobre las Bienaventuranzas, comenzando con la primera de ellas: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5,3); en el año 2015: «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5,8); y por último, en el año 2016 el tema será: «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia».