Este viernes 7 de junio, los fieles bautizados de esta Iglesia Particular renovaron su devoción al Sagrado Corazón de Jesús, al celebrar esta solemnidad. En horas de la tarde, diferentes movimientos apostólicos y feligreses de la Diócesis de Cúcuta se dieron cita en el monumento Cristo Rey del barrio La Cabrera, lugar que representa la promesa que se hizo en la ciudad, de conservar año tras año la devoción al Sagrado Corazón, ya que en este monumento reposa lo que quedó del altar de la Catedral después del terremoto del año 1875.
A las 3:00 p.m. el presbítero Antonio Caballero Peñaloza, vicario parroquial de la Catedral San José dio apertura a esta celebración con la Coronilla de la Confianza al Sagrado Corazón y seguidamente Monseñor José Libardo extendió la invitación a peregrinar de corazón “nuestra peregrinación es una oración y oramos por nuestra vida, camino y por los sacerdotes de nuestra Iglesia, para que seamos santos”.
Se dio inicio a la procesión a las 4:00 p.m., con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, para dirigirse a la Catedral San José, por la avenida quinta. Monseñor José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta presidió esta procesión y al llegar al templo Catedral san José, celebró la Santa Misa y el acto de renovación de la consagración al Sagrado Corazón de Jesús, un momento de fe, que expresa la urgente necesidad de trabajar por la unidad, la paz y la reconciliación de nuestra ciudad que tanto necesita en estos momentos.
Monseñor mencionó durante la homilía que: “Mirando el Crucificado encontramos el núcleo del amor, el centro del amor que es el perdón. Un perdón que nos llama a la reconciliación y que nos da paz interior, esa paz que viene de Dios. Todos nosotros hemos sufrido ofensas de nuestros hermanos, también hemos ofendido a otros” y añade “cuando alguien nos ofende, lo primero que brota del corazón es el deseo de la venganza y de devolverle el mal que me han hecho con otro mal peor. Pero en Dios somos capaces de devolver perdón, de producir amor”.
También mencionó monseñor Garcés, “que la paz que Dios nos regala una paz sincera, sin pedir algo a cambio, ya que esta: “la recibimos gratis y la tenemos que entregar gratis como ofrenda de amor para nuestro hermano en la familia, en el trabajo, en la comunidad”. Finalizó haciendo la invitación a celebrar el amor que recibimos en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús “siendo testigos de ese perdón infinito hacia nosotros, pero que otorgamos a los demás siendo instrumentos de la misericordia del Padre para nuestros hermanos”.