Los confines de la tierra contemplan la Salvación del Señor

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Estamos avanzando en el tiempo de adviento que posee una doble finalidad. En primer lugar, prepararnos para la celebración del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, cuando Dios se hace uno de nosotros para nuestra salvación: “Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1, 14) y luego seguirnos preparando, con los ojos fijos en Dios que es la meta del cristiano, para encontrarnos un día cara a cara con el Señor en la plenitud de su gloria.

Ya próximos a comenzar la novena de navidad fortalecemos nuestra adhesión a Jesucristo, que por la fe nos ayuda a reconocerlo como la luz que ilumina nuestros pasos para que no tropecemos en las tinieblas del mal y el pecado.  Jesucristo como Luz del mundo, ilumina los confines de la tierra para que cada ser humano pueda contemplar la salvación del Señor y hacerla realidad en la vida personal, dejando que Jesús nazca en cada corazón y en el seno de cada familia. 

El mundo entero contempla a Jesús que nace en un pesebre y a lo largo de la vida, está ahí presente. A lo largo de su ministerio público acompañó el camino de cada uno de los que se encontraban con Él en las aldeas y caminos y después de subir al Cielo en su Ascensión gloriosa, nos dejó la certeza que camina con nosotros todos los días, “sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 20). Esta certeza acompaña a la Iglesia y a cada creyente, que se dispone a dejar nacer en su corazón al salvador del mundo. De la presencia permanente del Señor debemos sacar un impulso renovado en la vida cristiana, con el deseo interior de caminar desde Cristo y con Cristo, en un proceso de conversión constante que es transformación de la vida en Él y que renovamos con alegría y fervor interior al caminar en este tiempo de adviento, para que contemplemos la salvación del Señor.

Las reflexiones navideñas tienen como tema principal el lema del trabajo pastoral para el 2024 que nos dice: “Tú eres el Cristo” iluminados por la Palabra de Dios que nos trae esta profesión de fe de Pedro: “Y Él les preguntaba: y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?, Pedro le contesta: ‘Tú eres el Cristo’” (Mc 8, 29). Esta profesión de fe nos ayudará a fortalecer el “encuentro con Jesucristo” desde la Fe, la Esperanza y la Caridad como pilares importantes que debemos fortalecer en este tiempo de gracia que el Señor nos concede y que nos lleva a consolidar los vínculos familiares, en ambiente de oración que nos pone en relación directa con Nuestro Señor Jesucristo, que viene a nuestro encuentro a habitar en medio de nosotros, hasta llevarnos un día a participar de su gloria.

Navidad es celebrar el encuentro con Jesucristo que viene a nosotros y se queda para iluminar nuestros pasos por el camino del Perdón, la Reconciliación y la Paz, invitándonos a comunicar la buena nueva del Evangelio.  Que el gozo de la Navidad, en donde contemplamos a Jesús entre nosotros, nos mueva a reflexionar y a buscar nuevas maneras de ser solidarios, para continuar en el año venidero participando con entusiasmo en la construcción de una sociedad más fraterna y que digamos juntos: “Tú eres el Cristo, Ven no tardes tanto” caminando juntos en Comunión, Participación y Misión, escuchando juntos, en familia al Espíritu Santo.

A todos les auguro que el Niño Jesús los colme de bendiciones en esta navidad que vamos a celebrar y les deseo un año nuevo 2024 lleno de muchas gracias del Señor, para que recibamos el perdón de Dios que viene a nuestros corazones, invitándonos a perdonar a los hermanos, para vivir reconciliados y en paz con todos y que en familia digamos: “Tú eres el Cristo, ven no tardes tanto” y abrazando la cruz del Señor fortalecidos por la gracia de Dios, podamos ser instrumentos de paz para muchos hermanos nuestros. Que la Santísima Virgen María, madre de la Paz y el Glorioso Patriarca San José, custodio del niño Jesús, alcancen del Señor la gracia de vivir este tiempo en la espera gozosa del Señor. En unión de oraciones. Reciban mi bendición.

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