“La violencia engendra más violencia”: Iglesia Católica colombiana ante el conflicto en el Catatumbo

Al corte del 20 de enero de 2025, el Puesto de Mando Unificado (PMU) instalado en la ciudad de Cúcuta dio a conocer que, hasta el momento, se han confirmado 38 muertos identificados y reconocidos, además de un subregistro de 80 posibles cadáveres. En las cabeceras municipales de Cúcuta, Ocaña y Tibú, se contabilizan aproximadamente 19.866 personas desplazadas del Catatumbo.

Estas cifras forman parte de la ola de violencia que se desató durante el mes de enero y que incluye desapariciones, desplazamientos forzados, asesinatos de firmantes del acuerdo de paz y enfrentamientos armados en la zona entre el ELN y otros grupos insurgentes. Esta situación preocupa a la Iglesia Católica colombiana, por lo que se han tomado acciones a través de diferentes canales de ayuda para hacerse presente tanto espiritual como materialmente.

De izq. a der.: Pbro. William Aguilar; pbro. Mauricio Rey; pbro. Martín Sepúlveda; y pbro. José Trino. Foto: Centro de Comunicaciones de la Diócesis de Cúcuta

De igual forma, en su afán por sumar esfuerzos y atender a las familias afectadas, este martes 21 de enero arribaron a la ciudad de Cúcuta los presbíteros Mauricio Alejandro Rey Sepúlveda, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social Cáritas Colombiana; y Martín Alberto Sepúlveda Mora, director del departamento de Comunicaciones y Tecnologías de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC); y, junto con el delegado diocesano de Tibú, el presbítero José Trino Rodríguez Rodríguez, y el vicario general de la Diócesis de Cúcuta, William Aguilar Vargas, ofrecieron una rueda de prensa a los medios de comunicación regionales para dar a conocer el papel facilitador de la Iglesia Católica e invitar a los fieles bautizados y a la comunidad en general a contribuir para ayudar a las personas desplazadas y aquellas que están en confinamiento en varios municipios del Catatumbo (se prevé que son unas 1.500).

El director de Pastoral Social Nacional ratificó el compromiso de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO), con quienes se ha trazado una ruta de cooperación para que, desde todo el país, se pueda contribuir, sobre todo con alimentos y elementos de higiene. Además, informó que los puntos de recolección en esta zona de frontera se encuentran en la Casa de la Misericordia en Ocaña y en la Fundación Banco Diocesano de Alimentos ‘Monseñor Óscar Urbina Ortega’. El presbítero Mauricio instó a ser generosos permanentemente: “Estamos acompañando, no solo ahora que la situación es grave y difícil… seamos solidarios siempre, trabajemos juntos en la reconstrucción de un país herido”.

Por su parte, el sacerdote Aguilar, vicario general de Cúcuta, invitó a los fieles que se congregan en las 112 parroquias de esta Iglesia Particular a expresar su caridad mediante donaciones para las víctimas del conflicto. Esto, como un centro de acopio para quienes les resulta difícil acudir al Banco Diocesano de Alimentos.

El padre Mauricio Rey exhortó a los grupos armados ilegales involucrados en este conflicto a que “sean sensibles frente a las familias que requieren atención inmediata, para que la Iglesia pueda acercarse junto a la Cruz Roja Colombiana y atenderlos”, afirmó.

Desde la presidencia de la República de Colombia se dieron por suspendidos los diálogos de paz con el ELN, afirmando que sus acciones son “crímenes de guerra” y de esta forma, las Fuerzas Militares están listas “para proteger a la población afectada por la escalada de violencia desencadenada por este grupo”. A su vez, el presidente Gustavo Petro declaró estado de conmoción interior y emergencia económica en el país.

Comunicado ante la crisis humanitaria en Colombia

Durante la rueda de prensa desarrollada en Cúcuta, el presbítero Martín Sepúlveda, director del departamento de Comunicaciones de la CEC, leyó el comunicado emitido por los Obispos católicos del país, en el que expresan su profunda angustia ante las manifestaciones de violencia que “agudizan el sufrimiento de niños, mujeres y personas en estado de indefensión, desgarrando el tejido social y humano, y abriendo nuevas heridas a la nación”.

En la misiva firmada por Monseñor Francisco Javier Múnera Correa, IMC, arzobispo de Cartagena y presidente de la CEC; Monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y vicepresidente de la CEC; y Monseñor Germán Medina Acosta, obispo de Engativá y secretario general de la CEC, se manifiesta la cercanía y apoyo a los Obispos de Tibú, Ocaña y Cúcuta, ofreciendo la ayuda humanitaria necesaria, apoyo psicosocial y asistencia espiritual a las familias afectadas.

Los Obispos señalan que “la violencia engendra más violencia”, por lo que piden a los actores armados cesar las hostilidades y respetar el Derecho Internacional Humanitario.

En medio del dolor y la incertidumbre, afirmamos que la paz es posible. Estamos convencidos de que el compromiso y el trabajo en torno al diálogo, al perdón, a la reconciliación y a la paz serán un verdadero signo de esperanza para todos”, manifiesta el episcopado, invitando a los colombianos a unirse a la jornada de oración que se llevará a cabo el próximo domingo 26 de enero en todos los templos.

Descargue aquí el comunicado completo.

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