Durante la Misa celebrada en la Casa Santa Marta, en el Vaticano, el Papa Francisco pidió a la Iglesia valentía para hacer crecer el Reino de Dios, servirse de la esperanza, aunque parezca pequeña, para sembrar la semilla del Espíritu Santo.
El Santo Padre, explicó “La esperanza es la que nos da la plenitud, la esperanza de salir de nuestra cárcel, de nuestras limitaciones, de nuestra esclavitud, de la corrupción y llegar a la gloria. El camino hacia la plenitud es un camino de esperanza, y la esperanza es un regalo del Espíritu. Es justamente el Espíritu Santo el que, dentro de nosotros, nos proporciona algo grandioso: la liberación, la gran alegría. Por eso Jesús dice: ‘Del interior de una semilla de mostaza, de ese grano pequeño, surge una fuerza que genera un crecimiento inimaginable’”.
Esa fuerza “es el Espíritu Santo que habita en nosotros y que da esperanza”. Francisco explicó que esa fuerza interior, esa esperanza “crece en nosotros no por medio del proselitismo, sino mediante la fuerza del Espíritu Santo”.
El Pontífice animó a no tener miedo a ensuciarse las manos a la hora de sembrar la semilla del Reino de Dios. “¡Ay de aquellos que predican el Reino de Dios con la intención de no ensuciarse las manos! Esos son custodios de museos: prefieren las cosas bellas antes que el gesto de sembrar y mezclar para que la fuerza crezca”.
“La esperanza es la virtud más humilde”, explicó el Papa, y concluyó insistiendo en la valentía necesaria para “hacer crecer el Reino de Dios”.