La adultez tardía, una mirada desde el ciclo vital

Por: Pbro. Luis Armando Quintero Tarazona, psicólogo especialista infancia, adolescencia y familia; párroco del Inmaculado Corazón de María

Es menester para empezar a aden­trarse en la reflexión, precisar algunos conceptos que puedan permitir la comprensión de las líneas de este artículo. Hablar de ciclo vital, es remontarnos al siglo XVIII cuando en cabeza de Tiedeman con biogra­fías de bebés, se inicia una serie de investigaciones longitudinales sobre el desarrollo humano, consolidándose sistemáticamente en una especialidad de estudio interesada en explorar las diversas etapas que transcurren en la vida de toda persona.

De manera que, al escuchar la expre­sión ‘ciclo vital’ inmediatamente se guarda una estrecha relación con los factores fisiológicos, cognoscitivos, psico-sociales y las diversas etapas ya definidas de niñez temprana/mediana, adolescencia, adultez temprana, adul­tez media, adultez tardía, que, deli­mitadas con unos tiempos definidos, permiten estructurar el transcurso de la vida con sus respectivos cambios y su exploración científica (Cf. Ruíz & Valdivieso, 2002).

Detener la mirada en la adultez tardía, centra la atención en la población que se encuentra en la edad de los 65 años en adelante, sin olvidar que en Colom­bia desde la ley 2055 del 2020 consi­dera al adulto mayor a partir de los 60 años de edad. Ahora bien, es necesario identificar los factores físicos, cog­noscitivos, psico-sociales, que se dan dentro del proceso de envejecimiento propio del ser humano.

Factores fisiológicos

Todos los seres humanos han de vivir el proceso de envejecimiento, entendi­do como el proceso de diferenciación progresiva, el cual comienza con la vida y termina con la muerte (Ruíz & Valdivieso, 2020). Este proceso algu­nos autores lo clasifican en: a) enve­jecimiento primario definido como el proceso gradual e inevitable de dete­rioro corporal; b) envejecimiento se­cundario es el resultado de la enferme­dad, el abuso o ausencia de cuidado.

Es por ello, que es necesario entender al adulto mayor desde ese deterioro natural que se hace evidente con el paso de los años, destacando los si­guientes factores: a) la piel empieza a palidecer y perder elasticidad; b) la estatura se reduce a medida que se atrofian los discos entre la vertebras de los huesos; c) el adelgazamiento de los huesos; d) se han observado en estu­dios disminuciones graduales del vo­lumen y peso del cerebro, sobre todo en la corteza cerebral, la controla las funciones ejecutivas (el conjunto de habilidades cognitivos que permite la adaptación con éxito al medio y resol­ver problemas); e) a nivel neuronal se empieza a adelgazarse la capa de mie­lina o materia blanca que permite que los impulsos neuronales viajen con rapidez entre las regiones del cerebro causando decadencia cognoscitiva y motora, pérdida de memoria; f) dete­rioro visual y auditivo lo que puede privarles de abrirse más a las relacio­nes sociales.

Factores cognoscitivos

El proceso de deterioro a nivel fisio­lógico, tiene su impacto en el retarda­miento de algunos procesos cogniti­vos, asociados con la inteligencia, la memoria, las capacidades de proce­samiento de la información, aunque también en esta etapa una persona ha adquirido otras herramientas que lo hacen más teórico-práctico. (Papalia & Martorell, 2017).

De manera que, se puede tener presen­te algunos procesos que se ralentizan: a) dado la ralentización del sistema nervioso central, se afecta con ello la eficiencia en el procesamiento de la información; b) se dificulta la aten­ción de una tarea o función a otra; c) dificultades en el acceso y manejo de la información lo que genera deterio­ro en la memoria; d) los adultos ma­yores tienden desempeñarse mejor en actividades que dependen de hábitos y conocimientos arraigados.

Factores psico-sociales

Según la teoría de la selectividad socio emocional se sostiene que las personas envejecen, tienden a buscar activida­des y la compañía de personas que les proporcionen gratificación emocional (Papalia & Martorell, 2017). De Igual modo, el hecho de la jubilación trae consigo la perdida de contacto social, la búsqueda de no sentirse aislado o subestimado, son desafíos que encuen­tran los adultos mayores.

Por otra parte, es importante reco­nocer que en Colombia un 14,2% de los ancianos viven solos y carecen de buenas redes de apoyo según datos del DANE, sin olvidar que en el país se da la existencia de unos seis millones ochocientos mil adultos mayores.

¿Para qué conocer que existen unos factores en el ciclo vital de la adultez tardía?

La pregunta interpuesta en la reflexión planteada, es para detener la mirada no en unos meros conceptos académicos que pudieran ser más, sobre unos fac­tores propios del ciclo vital ubicado en la etapa de la adultez tardía, sino para despertar verdaderos procesos empáti­cos que se puedan propiciar, estable­cer, implementar en los entornos fami­liares, laborales, sociales, eclesiales, frente a las personas adultas mayores.

Por lo tanto, despertar la sensibilidad frente al ciclo vital de la adultez tardía, es reconocer que ya no son los fuer­tes-jóvenes con sus perfectos reflejos, sino que se es; los adultos vividos con el desgaste de los años que merecen ser comprendidos, de que ya no gozan del furor de las facultades neurológi­cas, psicomotoras, psico-emocionales, y que a veces toca repetirles dos o más veces la misma palabra porque ya no escuchan igual.

Finalmente, sí es posible lograr un envejecimiento óptimo, y ayudarles a los adultos mayores a fortalecer una perspectiva de vida que vitalicen la etapa en que viven, para ello, se pue­de mencionar tres componentes que favorecen: a) implementar hábitos saludables como línea de cuidado y prevención de enfermedades; b) el mantener actividades que estimulen el funcionamiento físico y cognoscitivo; c) el contacto social, que se alimenta a través de la participación en grupos artísticos, de trabajo, en las relaciones interpersonales, y la importancia de las redes de apoyo (amigos y familia).

“Vivir es envejecer» decía el biólogo contemporáneo Nathan Shock. Según la Organización Mundial de la Salud: «En nuestro mundo, lleno de diversidad y constante cambio, el envejecimiento es una de las pocas características que nos definen y nos unifican a todos. Estamos envejeciendo y esto debe celebrarse” (Zarebski,2021)

Referencia bibliográfica

Ruiz, E. D., & Valdivieso, C. U. (2002). Psicología del ciclo vital: hacia una visión comprehensiva de la vida humana. Revista Latinoamericana de psicología, 1(1), 17-27.

Ley 2055 (2020), Colombia.

Papalia, D., & Martorell, G. (2017). Desarrollo Humano. Mc Gran Hill Education.

Https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/genero/ presentación-caracteristicas-generales-adulto-ma­yor-en-colombia-pdf.

Zarebski, G. (2021). La Organización Mundial de la Salud (OMS): Del envejecimiento saludable a la vejez como enfermedad. Desafíos para la Gerontología. Revis­ta IGERMED, 1(2).

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