[vc_row][vc_column][vc_column_text]Por: Pbro. Freddy Antonio Ochoa Villamizar, Vicario de Pastoral de la Diócesis de Cúcuta[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_video link=»https://www.youtube.com/watch?v=y6bj9zTa920″][/vc_column][/vc_row]
En este año 2021 la Cuaresma debe dejar una huella profunda en la vida de cada uno de los creyentes y en las personas de buena voluntad. Hemos llegado a este tiempo de gracia y santificación con un fuerte llamado a la conversión y al fortalecimiento de la fe, en el contexto de la crisis que vive la humanidad surgida por la pandemia de la COVID-19. A raíz de esta crisis la humanidad ha tenido que irse planteando y replanteando aquello que había tenido significado y a lo que había dedicado sus mejores esfuerzos. Esta situación ha hecho pensar con seriedad El sentido y razón de la vida.
Los creyentes damos un aporte desde nuestra fe. Así en la Iglesia Particular de Cúcuta, hemos escogido como idea fuerza para vivir el presente y proyectarnos hacia el futuro, con la afirmación el apóstol San Pablo: “Cristo Jesús, es nuestra esperanza” (1 Tm 1, 1). La vida adquiere pleno sentido si está referida a Jesucristo. Solo Él nos puede iluminar las situaciones de la vida presente que nuestra razón no logra comprender, puesto, que nos abre el horizonte de la eternidad.
Los discípulos de Jesús tenemos la certeza de que la Palabra de Dios siempre tiene algo que decir a los acontecimientos de la vida diaria. La Cuaresma crea un ambiente favorable de escucha atenta de la Palabra y meditación de esta. Nos facilita contemplar al Señor Jesús y nos muestra el camino de la cruz. En estos días escuchamos reiteradamente: “creer”, “conocer”, “amar”, “servir”, “seguir”, “conversión”, “penitencia”, “oración”, “caridad”.
El sentido del lema del mes de marzo “Jesucristo es nuestra esperanza, caminemos tras sus huellas”, no es más que una clara invitación a dar respuesta a la Palabra de Dios que está resonando con fuerza en medio de todos nosotros.
San Marcos en el comienzo del Evangelio nos dice que después, del gran anuncio «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios ha llegado; convertíos y creed en la Buena Nueva.» (Marcos 1, 15). Inmediatamente Jesús empezó a llamar “vengan conmigo” y los llamados “dejaron las redes al instante y le siguieron”, “dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él”. Estos primeros y los que vinieron después, se arriesgaron a ir detrás de alguien que los llamaba y les ofrecía una nueva propuesta de vida. El camino de fe es siempre un “arriesgarse por el Señor Dios”, como lo hizo Abraham. El Señor dijo a Abrán: «Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré…. Marchó, pues, Abrán, como se lo había dicho el Señor (Génesis 12, 1.4). Una llamada que es siempre constante. Como a los primeros discípulos el Señor nos vuelve a invitar a recomenzar siempre la vida en Él: “Vayan, sin embargo, a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de ustedes a Galilea; allí lo verán, como les dijo” (Marcos 14, 7).
Ponerse en camino con Jesús siguiendo sus huellas, implica entender que es un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad, como nos invita el Santo Padre, el Papa Francisco en el Mensaje de la Cuaresma 2021.
La Diócesis de Cúcuta, quiere invitar a los fieles seguir las huellas de Cristo, forjando la vida en el perdón, la reconciliación, la paz, el encuentro, la caridad fraterna, la acogida y el respeto. Las acciones pastorales del mes quieren ser una ayuda en este sentido, por lo que aún en medio de las condiciones actuales, viviremos a través de la virtualidad, la Marcha del Perdón, que será transmitida desde las parroquias, de manera que, manifestemos públicamente nuestra fe y nuestra opción por la vida y el perdón.