Fotos: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta
Este 5 de abril, con el Domingo de Ramos se dio apertura a las celebraciones de la Semana Mayor, la cual no contará con la presencia de la feligresía en los Templos.
La Diócesis de Cúcuta, desde declarada la emergencia sanitaria por la pandemia del Covid-19, intensificó su cercanía con los fieles de esta Iglesia Particular, gracias a los diferentes medios de comunicación. De esta forma, se llevó a cada hogar la transmisión de la Santa Misa de la Pasión del Señor, celebrada en la Catedral San José y presidida por el Obispo, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid.
Monseñor expresó su tristeza por ver el Templo sin el “pueblo santo de Dios”, pero ánimo a los televidentes y oyentes a reflexionar sobre el “drama terrible de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo”, cuando la humanidad no comprendió al Hijo de Dios y lo condena. El Obispo hace acotación acerca de “la tiniebla y la oscuridad que aparece delante de nuestros ojos (…) la tragedia de la enfermedad y del dolor del hombre, en los distintos pueblos de la tierra, que se une a otras oscuridades del mal, de la injusticia, de los dolores de tantos hombres y mujeres, del pecado mismo de la Iglesia y de sus hijos, de la tragedia de tantos sufrimientos del hombre”. Monseñor explica que todos estos males los sufre Cristo en la Cruz, y los cristianos deben reconocer y aclamarlo como el Salvador.
En este domingo se recuerda la entrada triunfante de Jesús a Jesuralén, hoy, “en el silencio y vacío de nuestras ciudades, se levanta claramente la voz de los niños hebreos que acogen aclaman a Jesús: ¡Hosanna al Hijo de David! Bendito el que viene en nombre del Señor”, manifiesta Monseñor Víctor Manuel, reconociendo el puesto de Cristo en la historia de los hombres y el mundo entero.