Fundación Diocesana Banco de Alimentos: un llamado a la solidaridad en Cúcuta

Este viernes 6 de diciembre, la Fundación Diocesana Banco de Alimentos convocó a los medios de comunicación de la región para dar a conocer el impacto de sus procesos y resaltar el papel fundamental de los periodistas como aliados estratégicos en su misión. Durante la rueda de prensa, el presbítero Carlos Eduardo Escalante Escalante, director del Banco de Alimentos, y el presbítero Rubén Darío Mendoza Tarazona, subdirector, expresaron su interés por fortalecer la relación con los medios regionales, con el fin de seguir promoviendo la caridad de Cristo en la ciudad.

“El mayor aporte que ustedes como periodistas pueden hacer a esta obra es ser aliados en la lucha contra el hambre en Cúcuta. Juntos, podemos seguir llevando alimento a quienes más lo necesitan”, afirmó el presbítero Escalante.

La misión de la Fundación: Recuperar y distribuir alimentos

La Fundación Diocesana Banco de Alimentos, que forma parte de la Red de Bancos de Alimentos (ABACO), responde en primer lugar a las obras de caridad de la Iglesia y tiene como misión principal “recuperar los excedentes alimentarios”, es decir, aquellos productos que ya no se comercializan debido a su proximidad a la fecha de vencimiento. Estos alimentos son donados a fundaciones que atienden a poblaciones vulnerables.

Actualmente, la Fundación apoya tres ancianatos en Cúcuta: el Ancianato Rudesindo Soto (de las Hermanas de los Ancianos Desamparados), el Hogar de Nazaret (de las Misioneras de la Caridad) y el Centro Gerontológico Nuestra Señora del Carmen (en Sardinata). Además, apoya a tres programas para niños en situación de vulnerabilidad: la Fundación Niña María, el Hogar Santa Rosa de Lima y los niños del barrio Minuto de Dios, beneficiando en este último a más de 300 niños y niñas.

El apoyo a comedores comunitarios y asociaciones de mujeres

La Fundación también respalda cinco comedores en Cúcuta, tres de ellos dirigidos por las Misioneras de la Nueva Vida, otro por las Hermanas Salesianas, y el último, por las Hermanas Vicentinas. Aparte de estas iniciativas, Banco de Alimentos gestiona proyectos propios, como el apoyo a 23 asociaciones de mujeres que benefician a 700 familias. Estas mujeres reciben formación técnica, humana y espiritual, así como insumos para su sustento y crecimiento de sus emprendimientos.

‘Medios de vida sostenible’: un impacto positivo para la región

La Fundación actualmente lidera el proyecto «Medios de Vida Sostenibles», en su fase V, financiado por Cáritas Polonia y Jerónimo Martins de Tiendas Ara. Este proyecto distribuye mercados con productos básicos de la canasta familiar y utensilios de aseo a las comunidades más necesitadas. Además de fortalecer en este mismo proyecto, 25 emprendimientos locales con formación para su auto-sostenimiento y un capital semilla para impulsarlos.

Además de la ciudad de Cúcuta, la Fundación también llega a los municipios de la Diócesis, incluyendo la región del Catatumbo. En noviembre, la Fundación donó 700 mercados a los corregimientos de La Gabarra y Tres Bocas, en Tibú, para apoyar a las personas afectadas por la ola invernal.

Un apoyo constante a migrantes venezolanos

Un dato relevante es que, según estudios de la Fundación, el 48 % de las personas beneficiadas son migrantes venezolanos. “Son muchas las personas provenientes de Venezuela que reciben nuestro apoyo, sin discriminación alguna, trabajando por una región sin hambre y contribuyendo a la caridad de Cristo sin fronteras”, destacó el presbítero Rubén Mendoza, subdirector del Banco de Alimentos.

El Banco Diocesano: Un modelo contra el desperdicio de alimentos

Uno de los principios de la Fundación es no permitir el desperdicio de alimentos. “La Fundación Banco de Alimentos es una institución que recibe y recupera los excedentes alimentarios, evitando que se desperdicien”, explicó el presbítero Escalante. Lo que no es apto para el consumo humano es dirigido a consumo animal, en colaboración con la granja del Seminario Mayor San José de Cúcuta y otras asociaciones. Lo que no es apto ni para humanos ni para animales se convierte en compostaje, mientras que el plástico y otros materiales reciclables son gestionados a través de programas de reciclaje de la misma fundación.

Un llamado a la solidaridad en Navidad

Durante la temporada navideña, la Fundación hace un llamado a la comunidad para evitar el desperdicio de alimentos. “Sabemos que muchas veces los negocios y las personas desperdician comida en esta temporada, por eso les invitamos a donar lo que ya no vayan a utilizar, ayudando a las familias vulnerables de nuestra ciudad”, dijo el presbítero Mendoza. Los alimentos pueden ser entregados en la sede de la Fundación Banco de Alimentos, ubicada en la Calle 2AN #1-26, barrio Pescadero. “Su aporte será de gran ayuda para quienes más lo necesitan. Juntos podemos trabajar por una región sin hambre”.

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