Fotos: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta
Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de la Diócesis de Cúcuta, presidió las exequias del padre Juan de Dios Gómez Gómez, quien falleció el pasado jueves 23 de enero.
La Sagrada Eucaristía se celebró el sábado 25 en la Catedral San José, donde se hicieron presentes la familia del padre, amigos, fieles y el presbiterio diocesano, quienes unidos por el misterio de una vida querida que concluye en el mundo terreno, se acompañaron para “entregar a Dios un sacerdote”, afirmó Monseñor, expresó que “debemos aprovechar para repasar la bendición, la gracia de una vida sacerdotal”.
“Nos congrega la fragilidad de la vida humana, unida a la esperanza de la eternidad, en la que entra nuestro hermano, llevando el tesoro de la vida; un sacerdote querido por todos, un hermano en la fe que nos ha precedido en el encuentro con Dios. Hoy entramos con esperanza en el misterio de Jesucristo victorioso sobre la muerte y glorioso en su santa resurrección”. Explicó en su homilía el Obispo, acerca de reconocer el misterio de ser llamados por Dios.
Monseñor manifiesta que “el Señor ha probado al padre Juan de Dios con el sufrimiento en sus últimos días”, por ello, “la muerte del justo es descanso y paz, es el fin de las jornadas tantas veces doloras de la vida y es el reposo en el Señor, en su amor y su misericordia”. Finalmente destaca que “acompañar a un sacerdote difunto es cantar la gloria de Dios, es cantar la gloria de una vida entregada por el evangelio”.
Biografía pbro. Juan de Dios Gómez Gómez
El padre Juan de Dios Gómez Gómez, nació en una vereda llamada el Volcán del municipio de Ubaté, Cundinamarca, el 8 de marzo de 1940, día de san Juan de Dios.
Hijo de Jerónimo Gómez y Ana Delina Gómez, fue el tercero de 11 hermanos. A los 13 años ingresó al Seminario de Bosa Claretiano en Cundinamarca, estudió filosofía en Zipaquirá y durante un año fue misionero en Atrato, Chocó.
No se pudo ordenar junto a sus compañeros, porque enfermó de neumonía, lo que le obligó a estar en cama durante tres meses; pero luego descubrió que el plan de Dios era que recibiese su ordenación sacerdotal de manos del Beato Pablo VI, el 22 de agosto de 1968, en el marco del Congreso Eucarístico Internacional desarrollado en Bogotá.
De 1968 a 1970 fue maestro en el colegio Claretiano de Bosa, luego fue como Claretiano al colegio Espíritu Santo de Guayaquil, Ecuador.
Estuvo en Ecuador desde 1971 hasta 1973. En 1974 regresó a Colombia a servir en Neiva, Huila. Y en 1975 llegó a Cúcuta, Monseñor Pedro Rubiano Sáenz le dio la bienvenida.
En esta tierra, donde vivió 45 años, el padre Juan de Dios decía sentirse nortesantanderano, vivía tranquilo. Mencionaba que “uno está para servir y vivir sin ningún apego material, lo más importante es vivir con generosidad”.
En este año 2020 cumpliría 52 años de sacerdote, después de su retiro, quedó adscrito en la parroquia San Juan Evangelista, donde celebraba la Santa Misa los domingos.
El pasado jueves 23 de enero, partió al encuentro con el Señor.