El sábado, 8 de febrero, reunidos en la catedral San José, oraron por la pronta recuperación y salud de todos los enfermos. La sagrada eucaristía fue presidida por el padre Uriel Cristancho, delegado de la Pastoral Litúrgica diocesana.
“Cristo muestra siempre su rostros misericordioso y humano a todas las personas que padecen alguna dolencia física (…) en nuestra vida debemos asemejar nuestros sufrimientos con los padecimientos de Cristo para resucitar un día con él, después de ser purificados en esta carne mortal”, expresó el padre Cristancho durante la eucaristía.