La celebración del Misterio Pascual de Cristo, culmina en su gloriosa Resurrección. Este día gira en torno a un gran acontecimiento: Jesús ya no está en el reino de los muertos, ha resucitado, está vivo, las mujeres que fueron a la tumba son testigos de esto y el ángel se lo confirmó con sus palabras.
La pascua cristiana es de origen apostólico y memorial solemne de la pasión y muerte de Cristo y de su resurrección.
El día del Señor como ha sido llamado el domingo desde los tiempos apostólicos ha tenido siempre, en la historia de la Iglesia, una consideración privilegiada por su estrecha relación con el núcleo mismo del misterio cristiano. En efecto, el domingo recuerda, en la sucesión semanal del tiempo, el día de la resurrección de Cristo. Es la Pascua de la semana, en la que se celebra la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, la realización en él de la primera creación y el inicio de la «nueva creación» (2 Cor 5,17).